Compartir

Por: Víctor S. Serrano

vicserra2015@gmail.com

Cuando se inició el actual gobierno, se anunció un programa de austeridad, el cual incluía entre otras acciones: recortes de personal del servicio público, reducción de presupuesto en viáticos, comunicación social y seguros de gastos médicos en toda la administración pública federal.

Todo ello, trajo como consecuencia el despido injustificado de cientos de servidores públicos de confianza y de base en todo el Poder Ejecutivo Federal.

El programa de austeridad que no contaba con un estudio que sustentara todas aquellas reducciones, solamente fue justificado por el entonces Secretario de Hacienda y Crédito Público, Carlos Urzúa, al decir que los recursos que se recaudaran por dicho programa serían destinados a Petróleos Mexicanos (PEMEX).

Por su parte, la titular de la Secretaría de la Función Pública en su momento refirió que para el programa de austeridad se consideraron los derechos de los servidores públicos y que no se afectarían las operaciones de las dependencias.

Esas decisiones también impactaron en los órganos administrativos desconcentrados, descentralizados, instituciones públicas del sector financiero, el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), Instituto de Seguridad y Servicios Sociales de los Trabajadores del Estado (ISSSTE), PEMEX, Comisión Federal de Electricidad y todas las demás entidades públicas.

Por si quedara un poco de duda sobre el fracaso del programa de austeridad, podríamos preguntarnos ¿cómo fue que inicialmente se le redujera el presupuesto a PEMEX y después se dijera que los recursos recaudados por dicho programa se le asignarían a Petróleos Mexicanos, lo que no suena lógico de ninguna manera?

El día de hoy, también se puede cuestionar que tan productivo fue recortar presupuesto al IMSS y al ISSSTE pues precisamente ello ha provocado que no se cuenten con los recursos humanos y materiales para atender a los enfermos por Covid-19, causando miles de fallecimientos.

En aquel momento, el Gobierno Federal también anunció un recorte del 30% en materiales, combustibles, viáticos, y pasajes aéreos nacionales, así como en estudios e investigaciones.

Pero ahora hay que preguntarse, ¿dónde ha quedado o para qué se ha destinado todo el recurso recaudado con el programa de austeridad?, en realidad el gobierno federal no ha informado exactamente a lo que se ha destinado.

Lo cierto es que dicho programa causó la pérdida de muchos empleos e imposibilitó que se realizaran funciones primordiales en la administración pública federal; por ejemplo, muchos de los recursos destinados a la procuración de justicia para la persecusión e investigación de los delitos se quitaron, lo que propicia impunidad.

Es inquietante y preocupante pensar en las consecuencias que ha traido el programa de austeridad implementado por el gobierno federal, primero por que ha dejado a muchas personas sin empleo, y en el mejor de los casos ha reducido el sueldo a servidores públicos que verdaderamente han entregado su vida en el trabajo; pero ellos mismos

lograron que dicho programa fuera una limitante para el desarrollo del país, sin tener una transparencia en los recursos recaudados.

Otra de las interrogantes es: ¿que ha pasado con los recursos obtenidos en las subastas que han sido organizadas y controladas por el Instituto para Devolver al Pueblo lo Robado?, pues se han subastado tanto los recursos con los que contaba el Gobierno Federal y lo decomisado al crimen organizado. Ojalá ahora con el nuevo titular de dicha Institución se pueda aclarar y transparentar todo ello.

Pero la idea que se vendió en su momento sobre los beneficios que traería el programa de austeridad quedan actualmente cuestionados, ya que el Gobierno Federal de nueva cuenta ha anunciado que en estos meses habrá otro recorte como el del año pasado en toda la administración pública federal, justificando esa acción para sacar del ocaso al pueblo de México por las consecuencias que dejó el Covid-19, ¿pero que no se suponía que el programa de austeridad pasado serviría para eso?…..¿para que el gobierno tuviera recursos que permitiera solventar los problemas como el que vivimos ahora?

Pero ya no entendemos como es que recortará más personal para enfrentar la crisis que dejó el Covid-19, cuando está desviando recursos para el Tren Maya y el aeropuerto que insiste en construir, pues primero tendría que ver las necesidades del pueblo de México, no los compromisos personales.

Además, el titular del gobierno federal ha llegado al grado de decir que propondrá un impuesto para quienes tienen mascotas con el propósito de solventar los programas sociales por Covid-19.  Lo propuso durante su gira por Quintana Roo para la inauguracion de los trabajos del Tren Maya. Aseveró que enviará una propuesta de ley para que los dueños de mascotas tengan que pagar un impuesto especial por su posesión, y otra vez la pregunta, ¿dónde están los recursos que se recaudaron del programa de austeridad y de las subastas?

Además, recordemos que a finales de este año comienza uno de los procesos electorales más grandes que ha tenido el país, ¿será que se busca recabar fondos para los programas sociales que se traducen en votos?….¿cuánto aguantarán apretándose el cinturón los mexicanos para financiar las campañas y los intereses de los grupos de poder, a pesar de las condiciones precarias que se viven en la actualidad?