Una constante en este sexenio ha sido la violencia, la polarización, el descuido a la salud y la indiferencia a los desastres naturales como el huracán Otis en Acapulco, por poner algunos temas sobre la mesa.
El gasto en obras faraónicas, capricho del presidente, se han llevado los recursos de programas muy necesarios; son obras que no han dado resultados, pero sus caprichos nos van a dejar deudas billonarias. Ya no son millones, ¡son billones de pesos! todo con el sueño de perpetuarse en la historia.
El número de muertos según el INEGI, de enero a junio de 2023 se registraron 15 082 por homicidio, (12 por cada 100 mil habitantes).
El 71.3 % de los asesinatos se cometieron con armas de fuego; con arma blanca 9.1% estrangulamiento y sofocación 6.7 % sin contar los desaparecidos.
Son tantos los fallecidos y las extorsiones que ya lo normalizamos, se comenta como si la descomposición social fuera en otro país.
La gente desesperada pide ayuda y parece que gritan en el desierto. Lo más reciente es la denuncia hecha por el empresario en Uruapan a quien le quemaron 15 carros de su negocio, todo por negarse a pagar la cuota de un millón de pesos mensuales que le exigían los delincuentes por «derecho de piso». Un comando de 40 sicarios llegó a incendiar su lote de autos para demostrar quién tiene el poder.
¿En qué momento cambiaron la venta de drogas por el robo y la extorsión? ¿Dónde está el Estado de Derecho?
No es posible que el Gobierno y las Fuerzas Armadas estén rebasadas por los delincuentes. Gobierno omiso que solo le interesa el poder.
Taxco tres días paralizada, Guerrero, Chihuahua, Michoacán, ni para que nombrarlos…ningún Estado está blindado.
Lo que acaba de ocurrir en Uruapan es como el guion de una película.
A una agricultora por negarse a pagar el incremento de la cuota, los maleantes destrozaron con sierras sus árboles de aguacate en producción.
A otro agricultor en Colima, en cada corte de limón le subían la cuota hasta que, para proteger su vida optó por dejarles el rancho.
Las modalidades de robo y extorsión se incrementan.
A otro empresario lo secuestraron una semana dentro de su negocio, mientras ellos saqueaban el material de construcción.
Historias sobran, gente que huye dejando sus pertenencias como en Santa María del Oro y en muchos pueblos.
¿Y los asaltos a los transportistas?…¡son 36 diarios los que se cometen impunemente!
Pero ¿qué pasa con los ciudadanos que no protestamos?
¿Es por miedo o por indiferencia?
En Francia donde se unen para exigir que las autoridades actúen en su defensa y protección, ya hubieran pedido hasta la renuncia del presidente.
Aquí en México necesitamos unirnos y pedir que ¡SI NO PUEDEN QUE RENUNCIEN!
Los partidos políticos están al borde del basurero de la historia, dijo Sergio Aguayo. Los protagonistas de estos años son los cárteles del crimen organizado y la sociedad organizada.
Estamos como sociedad llamados a la indignación a unirnos contra estos delincuentes que van sobre la gente que trabaja, los que tienen negocios. No hay Estado de Derecho, vivimos en estado de indefensión. Eso de que cobren “derecho de piso” es lo más indignante.
Tomo la letra de Carlos Rivera como un himno. Acaba de cantar en Viña del Mar, Chile: “Ya nos han quitado todo, pero no podrán quitar la esperanza de que un día todo tiene que cambiar….
Grita desde el corazón, ¡que se creen esos cobardes que se atreven a mandar, no saben cuánto vale levantarse en la mañana para ir a trabajar!….
Ya nos han quitado todo, pero no podrán quitar la esperanza de que un día, todo tiene que cambiar….
Ya hemos esperado tanto que no hemos de desesperar, porque todo lo que sube, algún día ha de bajar».
Que se atrevan a pensar que no son eternos. No se han dado cuenta de que están enfermos.
Debemos unirnos como sociedad comprometida.
Las armas son el compromiso, la toma de conciencia, el compromiso con el voto para defender nuestra libertad de elección y que regrese la paz a nuestro país.
Estamos llamados a la indignación.
rosamchavez@hotmail.com
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