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La democracia es la mejor forma de organización política, pero es la más complicada. Se necesita una sociedad educada, responsable, en donde se atienda a todos los grupos, y se repete la diversidad de credos, de preferencias sexuales y de ideas políticas.

Las virtudes democráticas es un fenómeno absolutamente nuevo en la historia humana. En la antigüedad la mayoría de los intelectuales la rechazaban.

La democracia se basa en un supuesto “todos los hombres son iguales”. Pero, la democracia necesita contrapoderes, el más representativo es la Ley: la Constitución y las Instituciones: los partidos, asociaciones, sindicatos, organismos autónomos como el INE, el INAI, son los que tienen que actuar como intermediarios.

El sistema tiene sus etapas: la Representativa, la Social y en su decadencia, la de Opinión. Esta es la que está vigente en la mayoría de los países; nació con la tecnología, los medios de comunicación masiva y las redes sociales se han encargado de su caída.

Los grandes debates ya no ocurren en la Iglesia, en las cantinas, en los partidos; suceden en los medios y en las redes sociales.

Llegamos a la democracia de opinión sin haber pasado por la educación social con los valores necesarios: tolerancia, respeto, honestidad, educación cívica, responsabilidad y autonomía.

El problema hoy en día son las redes sociales, se percibe el resentimiento, la intolerancia, la falta de respeto, la apatía, la ignorancia, la manipulación y la violencia; es increíble, pero los ignorantes y los recursos de los mafiosos son los que deciden.

Hasta la República romana fue presa del desorden de los demagogos. Atenas llegó a la decadencia y fue vencida por Roma. Hoy lo vemos en Venezuela, Cuba, Nicaragua. La vida política tiene su pauta en las elecciones que causan verdaderas crisis nacionales.

La democracia favorece a la demagogia y alienta la alabanza. El presidente seduce a sus seguidores con mentiras, injurias, burlas, resentimientos, y promesas que no podrá cumplir. La masa se mueve por las pasiones: la esperanza, la ira y la venganza. Decía Eurípides, “La masa es una cosa temible cuando sus jefes son perversos. El presidente López Obrador miente en sus discursos, utiliza toda suerte de engaños, acaricia la vanidad, odia al pasado y con eso se gana a las masas, les promete, pero no cumple.

A unos meses de terminar su periodo presidencial en plena campaña de las dos candidatas. En él marco de la conmemoración de las dos Constituciones la de 1857 y la 1917 en otro acto de despotismo como los que ha utilizado en su periodo presidencial presentó iniciativas de cambio a la Constitución. El objetivo, echar abajo el sentido de las leyes promulgadas en el periodo neoliberal. Cada una de las iniciativas confirma su deseo de perpetuarse en el poder.

Una de las iniciativas “que se eduque por igual al hijo del barrendero que al del hacendado” ¿Qué tiene de novedoso? este artículo está en la Constitución, la educación laica, gratuita y obligatoria sin distingo.

Las 20 reformas constitucionales son un refrito de lo que ya existe. La preocupación son varias, la 20 “Eliminar todas las dependencias y órganos autónomos creados durante el periodo neoliberal con el único propósito de proteger intereses particulares contra el interés público. La 19 “Convertir en política de Estado la austeridad republicana”. ¡Pero que incongruencia!,,,¿ y las obras de capricho faraónicas que van a dejar deudas por años y ni siquiera funcionan?

Otra muy preocupante y que demuestra el coraje que trae con la Suprema Corte de Justicia es “Que los magistrados y jueces sean electos de manera directa por el pueblo”.

Esperamos que los legisladores actúen como verdaderos demócratas y no hagan caso a sus ocurrencias. Sus delirios de grandeza son muy preocupantes.

rosamchavez@hotmail.com

Twitter X @DrRosaCh