-El Edil de Badiraguato, autor de la idea.
-Atenciones presidenciales a la familia de “El Chapo”.
-Jesús Malverde, “Santo” de los narcos.
Ráfaga
Es increíble que un funcionario municipal decidiera establecer el Museo del Narco como una atracción turística.
Precisamente en donde nacieron los grandes capos del narcotráfico, a los que el edil pretendía glorificar en lo alto de una cima de la Sierra Madre Occidental.
Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”; Miguel Ángel Félix Gallardo “El Jefe de Jefes”; Rafael Caro Quintero, Juan José Esparragoza Moreno, “El Azul”, y Ernesto Fonseca Carillo, “Don Neto”, e Eran candidatos a ocupar sitio de honor en ese frustrado museo.
Con excepción de Miguel Ángel, originario de Culiacancito, los otros cuatro nacieron en Badiraguato.
“El Chapo” se encuentra preso en una zona de aislamiento extremo en el penal de alta seguridad de Florence, Colorado, EUA. “El Jefe de Jefes” continúa en la prisión del Altiplano, Almoloya de Juárez, Estado de México. Ahí también está Caro Quintero, quien ha logrado protección de la justicia mexicana para no ser extraditado.
Detenido, procesado y sentenciado, Rafael cumplió 28 años tras las rejas y los yanquis quieren juzgarlo por delitos cometidos en jurisdicción mexicana.
“El Azul” falleció el 7 de junio de 2014. Terminó sus días en la cama por una afección bronquial.
El único que goza de su libertad es “Don Neto”. A la fecha tiene 90 años de edad. Es el longevo del quinteto comentado. No obtuve más datos sobre su paradero.
“El Mayo” Zambada está “invicto”. Nunca ha estado detenido y opera desde los años ochenta.
Desde el pasado 21 de octubre se conoció de la “magna obra” que se estaba realizando en el municipio sinaloense de Badiraguato, un rincón que recibe toda la atención y obras materiales de parte del Presidente de la República.
Los malos pensamientos que invaden la mente de las personas, apuntan hacia Palacio Nacional. Las acciones del tabasqueño dan margen a suponer que algo oyó el alcalde José Luis López Elenes o se lo sugirió el gobernador Rubén Rocha Moya, nacido en Badiraguato, para emprender la construcción.
Pero, el pero que nunca falta, que llega el gobernador Rocha Moya y frente a un busto de él que está en la vía pública de Badiraguato, declaró estar en contra del proyecto de su paisano y alcalde de uno de los 18 municipios sinaloense. Aquí es aplicable aquello de “todo se derrumbó….”, título de la canción de Manuel Alejandro y Ana Magdalena, popularizada en México por Emmanuel.
“ERA UN ATRACTIVO TURÍSTICO”
La experiencia adquirida en estos casi cuatro años de gobierno (?) es perceptible como la etapa de lanzar un cohete “buscapiés” desde Palacio Nacional y obtenida la reacción del pueblo “ni sabio ni bueno”, se continúa o se frena la marcha. No creo que el alcalde López Elenes por su propio deseo haya conformado el proyecto de construir un albergue para el Museo del Narcotráfico, con la supuesta idea de convertirlo en un atractivo turístico de Badiraguato.
Aunque ya no será museo de narcos, la obra sigue adelante. La inversión es de 15 millones de pesos. La inauguración está programada para el próximo 20 de diciembre. Una explanada de mil metros cuadrados, jardinería, frente al edificio de 115 metros cuadrados. La escalinata será de 122 peldaños. Detalles para una buena atención a los turistas, comodidad en su estancia.
Los que no somos de Sinaloa ni conocemos Badiraguato, nos enteramos el pasado viernes 21 de octubre por el diario Reforma que en su primera plana publicó la noticia, incluyendo las declaraciones del presidente municipal López Elenes, de las cuales en posteriores días precisó que había una mala interpretación.
Entre paréntesis, lo mismo afirmó el inquilino de Palacio Nacional, donde no paga renta, al referirse a que no será tocado el dinero de pensionados y jubilados, aunque su secretario de Hacienda y los legisladores oficiales anunciaron lo contrario.
José Luis López Elenes declaró:
“No podemos negar nuestra historia, tenemos que reconocerla y sobre esa base vamos a trabajar. Es posible que tengamos Museo de Narcotráfico, no estamos cerrados a ningún tema, todos los temas vamos (sic) a escuchar”. En la versión periodística se indica que eso dijo el alcalde en un video grabado por Noticias Alta Voz.
Más adelante expresó en esa ocasión:
“No tengo con claridad el hecho de poder tener qué figuras se puedan encontrar ahí, porque vamos a escuchar a especialistas para que nos orienten”. Reveló que las obras dieron comienzo el pasado 9 de mayo.
Vox Populi echó por tierra que en esa alta cima, en la cadena montañosa de la Sierra Madre Occidental, estuvieran estatuas, fotografías, pinturas con los rostros y de cuerpo entero de los cinco ilustres hijos de Badiraguato.
DON JOAQUÍN Y SU FAMILIA
La disposición presidencial de “abrazos no balazos” y el no accionar contra los integrantes de decenas de carteles de narcos, así como el brindar protección a “los delincuentes, porque también son seres humanos”, han causado mayor daño que el provocado por el michoacano Felipe de Jesús Calderón Hinojosa y que continuó el atlacomulquense Enrique Peña Nieto.
Las familias mexicanas deseaban que “el rayito de la esperanza” emprendiera una acción, dentro de la ley, a efecto de disminuir la actividad gangsteril y la fortaleza de la delincuencia organizada. Pero, no hubo tal. Recuerden que uno de sus programas televisivo, “La Mañanera”, al referirse al narco de imagen mundial, lo llamó “El Chapo”. Inmediatamente, desde su atril, aclaró, precisó, que pedía perdón por llamarle así a “Don Joaquín”.
Después hubo otros dos hechos muy significativos de la relación del tabasqueño con la familia Guzmán Loera. No acostumbro especular ni soy dado a inventar, pero si soy preguntón: ¿desde cuándo el narcotraficante y el político tabasqueño guardan amistad?
El macuspano viajaba cerca del poblado La Tuna, cuando detuvo su marcha porque vio la camioneta en que iba la mamá del «Chapo» y el Presidente de México bajó de su vehículo para ir a saludar de mano a doña María del Consuelo Loera Pérez. Ella y su familia viven en ese poblado.
Cuando se enteró el presidente, que vive en un Palacio, de la aprehensión de Ovidio Guzmán López, el Jefe de “Los Chapitos”, inmediatamente dio la orden que fuera puesto en libertad. El argumento oficial fue que si no lo dejaban irse a su casita, los miembros del Cartel de Sinaloa iban a matar a las familias de los militares. “Evitamos que murieran doscientas personas”. El máximo comandante militar mexicano ha reiterado “yo dí la orden para que lo pusieran en libertad”.
Ovidio es el Jefe de “Los Chapitos”. Heredó de su padre el mando del Cartel de Sinaloa. Opera en el país, en el extranjero y recientemente fue detenida su gente en Topilejo, al Sur de la Ciudad de México. De esto ni una palabra en “La Mañanera”.
Badiraguato es el municipio más privilegiado de las 2454 que hay en el País. Para su “mejor comunicación”, del Triángulo Dorado, el tabasqueño ordenó la construcción de una carretera. Él personalmente va a inspeccionar los trabajos y en la última de sus visitas ya no hubo paso a reporteros, camarógrafos ni reporteros gráficos. Quiere tapar el sol con un dedo.
El Triángulo Dorado es una región montañosa de difícil acceso que abarca territorios de Sinaloa, Chihuahua y Durango. Es punto “libre” para los narcotraficantes mencionados y para Ismael “El Mayo” Zambada. El Presidente de México declaró, en uno de sus viajes a ese lugar, que le “molesta le llamen así a ese sitio” y que debe llamarse “Triángulo de gente buena y trabajadora” o “Región de buena voluntad, porque hay muchos habitantes buenos”.
Otra más. El secretario de Relaciones Exteriores recibió órdenes desde el despacho presidencial para instruir al embajador mexicano en Washington, a efecto de interceder, ante la autoridad norteamericana, para que familiares de Don Joaquín pudieran visitarlo en la prisión donde está alojado. Obvio la petición ya no es personal sino de gobierno a gobierno. Suceso inédito.
“EL SANTO DE LOS NARCOS”
Si usted ha estado en Culiacán en su recorrido turístico habrá visitado la hermosa e histórica Catedral y por “curiosidad” ha llegado a la Capilla de Malverde, entre la Avenida Independencia y calle 16 de Septiembre. Allá por 1915 se construyó una pequeña capilla, en el lugar donde Jesús Juárez Mazo fue ahorcado y quedó colgado de la rama de un frondoso árbol por haberse robado a la hija de Francisco Cañedo, hacendado, millonario y tres veces gobernador de Sinaloa.
¿Quién era ese Jesús?
Ese Jesús era un joven nacido en Mocorito, Sinaloa, que desde joven se dedicó a ayudar a los pobres. ¿Cómo los ayudó?, robando bienes y dinero a los terratenientes, a los hacendados, a los millonarios. Todo lo que obtenía, como botín, lo entregaba a los pobres. Por ello obtuvo su primer “título” popular “El Bandido Generoso”.
Después de consumar “su trabajo” se refugiaba en el monte. Vivía entre lo verde del campo. Era “el mal verde”, por lo cual al paso de los días empezaron a llamarlo Jesús Malverde. En corto tiempo logró fama de delincuente, protegido por los que recibían lo robado a los pudientes. Finalizaba el Siglo XIX. Jesús andaba en los treinta años y lo apodaban “El Ángel de los Pobres”.
Jesús era muy querido en los pueblos. Era audaz. Ágil en sus movimientos. Jamás se manchó de sangre humana. Pero, el pero que nunca falta, un día el gobernador Francisco Cañedo, en su tercer mandato, cuando empezaba el Siglo XX, lanzó una advertencia. Iba a acabar con la vida del bandido, retándolo a que si era tan hombre lo probara robándole la hija al gobernador. No encontré detalles, Jesús se robó a la muchacha. Enfurecido el hacendado y millonario Cañedo, ordenó a sus hombres localizar, detenerlo y llevar vivo ante él, al “tal Malverde”.
El 3 de mayo de 1909, Jesús Malverde, de 39 años de edad, murió. Le echaron la soga al cuello. Un jinete tenía sujeto en la mano derecha el cable, la reata, golpeó el anca del corcel y al correr el animal, Jesús murió asfixiado. Poco tiempo después fue llamado “El Santo de los Narcos”.
Obvio, ninguna religión lo arropa. No es santo, pero tiene muchos seguidores, muchos fieles que lo siguen. Gran fiesta se organiza y celebra cada 3 de mayo para recordar que en esa fecha, en 1909, murió el que está convertido en un personaje de leyenda. Es un icono, dicen. El actor Pedro Fernández lo personificó en una serie titulada “El Santo Patrono”. Producción de Telemundo.
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