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El futbol español es sin duda el más exitoso en el mundo a nivel de clubes. Real Madrid y Barcelona son los grandes responsables de este extraordinario prestigio ganado desde la década de los 50 hasta la fecha. El palmarés de ambas escuadras certifica esa grandeza y ha hecho que surjan hinchas merengues y blaugranas más allá de la península ibérica.

Pero el futbol en España se extiende hacia diversas regiones que también han colaborado para que todos disfruten del espectáculo y las alegrías que brinda la pelota. El 18 de marzo de 1919, nació en la región sureste de España el Valencia Club de Fútbol. Contrapeso histórico para la hegemonía de los dos gigantes hispanos y que ayer llegó a su centenario de vida.

A lo largo de estos 100 años, el Valencia ha competido con gran pundonor y se yergue como el quinto equipo más ganador de la Liga española. Lejos está la comparación con las vitrinas del Bernabéu y el Camp Nou, copadas de innumerables trofeos. En Mestalla la cantidad es más sobria, pero cada trofeo tiene adherido el esfuerzo y trabajo colectivo por encima de las individualidades geniales, y que las ha tenido.

En la mayoría de los equipos que marcan una época, está presente un personaje que potencia las aspiraciones de sus compañeros y la hinchada. Aquel al que la pelota lo busca más que al resto y con el que crea una simbiosis y enamora a la grada, incluso a la adversaria. Ese jugador distinto mejora toda expectativa contemplada mediante magia, entrega y algo más que muchos llaman de muchas maneras y otros no saben cómo definir. Con el equipo Che no es distinto. En el caso del Valencia, ese personaje lleva el nombre de Mario Kempes, o como se le conoció tras su innegable romance con el gol: el Matador.

Kempes se dio un tiempo para atendernos y transmitirnos la experiencia de haber jugado en el ahora ya centenario Valencia, club en el que se le considera el mejor jugador de su historia.

FUENTE: NOTIMEX, CANDELERO, 19-03-19.