Ante el reciente cierre de las fronteras estadounidenses debido a la detección de gusano barrenador, la Unión Ganadera Regional de Durango expresó su preocupación por las graves repercusiones económicas para el sector.
Rogelio Soto, presidente de dicha organización, lamentó la medida y subrayó la necesidad de enfocarse en resolver la problemática en lugar de buscar responsables. “No vamos a desgastarnos en buscar culpables, los pocos recursos y energías las tenemos que dirigir en buscar soluciones”, declaró.
Hasta la semana pasada, la exportación de ganado desde Durango alcanzó las 57 mil 714 cabezas, cifra muy por debajo de las 250 mil registradas el año anterior. “El impacto es incalculable”, afirmó Soto, al referirse a las pérdidas económicas.
Además, señaló que entre mil 200 y mil 300 cabezas que ya se dirigían hacia la frontera han tenido que regresar, permitiéndose únicamente el cruce de animales previamente autorizados.
El dirigente ganadero insistió en que se deben aplicar medidas firmes para recuperar la confianza de las autoridades estadounidenses y reactivar el comercio. Asimismo, consideró preocupante que algunas fronteras como Palomas o Piedras Negras continúen cerradas, a pesar de que existen nueve cruces fronterizos disponibles, de los cuales solo cuatro se mantienen operativos. “Son malas noticias para los ganaderos de México. Son muchos problemas”, expresó.
Por último, Soto denunció que tampoco se está cumpliendo con lo estipulado en el acuerdo binacional, ya que, según dijo, la preinspección debería continuar funcionando aun con la presencia del gusano barrenador.