Hace algunos años oí los siguientes comentarios: “Soy católico, pero práctico la filosofía budista”. “Soy judío pero también budista”…no entendí a estas personas, ¿cómo son de tal o cuál religión, y practicantes del budismo?

Al cabo de los años y en estos tiempos tan violentos, me doy cuenta de que el budismo,  NO es religión, SI es forma de vida, ES en una opción para que logremos ser tolerantes,  pacíficos y tener normas de respeto, amor y compasión para todos los seres vivos.

El budismo, en opinión de muchos practicantes es el bálsamo que requiere nuestra sociedad enferma de violencia y harta de dogmas en que creer y demonios a quién temer. O quizá, para otros sea un psicoanálisis sin psicoanalista, que ahorra tiempo y  dinero, pero no esfuerzos, para obtener el mismo resultado, pues este antiquísimo, a la vez moderno y científico sistema plantea fría y objetivamente soluciones a  los problemas humanos. 

Buda en el  Primer  Sermón de Benares expone los fundamentos de su filosofía: «Las Cuatro Nobles Verdades» y «El Óctuplo Noble Camino”. Preceptos orientados a una transformación vital, más que a una propuesta especulativa: 

Las Verdades: 

1) La existencia humana es dolor.  

2) La causa del dolor es el deseo. 

3) La extinción  del deseo  acaba  con el dolor.  

4) El camino  que lleva a la extinción del deseo, y por ende a la cesación del dolor, constituye  la «Óctuplo noble Camino». 

¿Cómo caminar por ese noble camino?

Con recto modo de pensar; deseo de no hacer daño a ningún ser viviente. Recta palabra.

Recta acción: 

Abstención de quitar la vida a los seres vivos, de no tomar lo que no es donado; no ser adúltero, ni mentiroso, no usar bebidas alcohólicas ni substancias estupefacientes. 

Recto medio de ganarse la vida: 

Evitar ocupaciones indignas como vender licores, animales para el rastro, substancias tóxicas, armas homicidas y traficar con esclavos. 

Recto esfuerzo de la mente despierta para oponerse al extravío intelectual que, junto con la sensualidad y la malevolencia, impiden la compresión de las augustas verdades. 

Recto recuerdo: 

La vivacidad mental del budista está estrictamente conectada con el recto recuerdo, destinado a hacer presente el carácter temporal de la acción y sus consecuencias éticas. 

Recta concentración: 

La observación de las precedentes normas de rectitud conduce a la recta concentración, última fase del augusto camino.

Fueron estos los preceptos básicos que predicó Buda, durante cuarenta y cinco años de Ministerio siempre con la siguiente recomendación; 

“No creas nada por la mera y supuesta autoridad de maestros, sabios o sacerdotes, ni por  pertenecer  a la tradición, ni por estar escritos en algún libro que los hombres llamen sagrado: acepta  solo aquello que este de acuerdo con tu propia conciencia, libre razón  y claro discernimiento.