Jesús Te Ampare
En la historia política de México el exilio ha sido el destino de casi todos los expresidentes de México.
Existen antecedentes puntuales de las rupturas de relaciones del mandatario en turno con el antecesor.
Recordemos el destierro de Porfirio Díaz y el de Plutarco Elías Calles, dos grandes lecciones a poderosos políticos.
Regla no escrita en el sistema político es que los expresidentes no se involucren en la política interna de su país.
Deben respetar “muy calladitos” el estilo personal de gobernar del sucesor y las acciones que éstos emprendan.
Hay varios escenarios de rupturas políticas dignas de recordar:
Cómo olvidar la “expulsión” de Gustavo Díaz Ordaz a España, cuando Luis Echeverría lo disfrazó de embajador.
Otro caso, divulgado con mucho ruido, fue el desplegado publicado en medios impresos nacionales con el título ¿TÚ TAMBIÉN, LUIS? que se adjudicó a José López Portillo.
Este incidente concluyó con el nombramiento de Echeverría como embajador de México ante la Unesco (1977 a 1978) y embajador en Australia (1978 a 1979), al otro lado del mundo.
Una ruptura ampliamente conocida fue la de Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari; éste después de una huelga de hambre (en protesta por la detención de su hermano Raúl), se autoexilió en Dublín, capital de Irlanda.
Su regreso a México provocó un revuelo nacional porque el polémico personaje anunció su retiro definitivo de “la trinchera política”, aunque no del “debate sobre las ideas”.
Ahora, con la alternancia política al más alto nivel, hemos tenido dos presidentes del PAN (doce años) y de Morena (seis años e inicia otro periodo de gobierno).
Vicente Fox se refugió en su rancho San Cristóbal, en Guanajuato, convertido en un centro de capacitación política.
Calderón intentó el activismo político, pero fue frenado por las acometidas impetuosas del propio presidente López Obrador.
Una forma distinta de ejercer el poder de los mandatarios, que nos permiten conocer una nueva etapa del Presidencialismo.
La persecución de algún político del sexenio anterior (culpable o no) era tema obligado para limitar el poder del expresidente saliente y tenerlo contra pared, “inmovilizado”.
Claudia Sheinbaum será la primera mujer presidenta en la historia de México, y su mentor López Obrador ha decretado que “se convertirá en la mejor presidenta del mundo”.
Los mexicanos nos conformamos con que sea una extraordinaria presidenta, incluso por encima del propio tabasqueño.
Hay que recordar que hay circunstancias donde el alumno supera al maestro.
Y este escenario se presta para ello.
¿Cuánto durará la continuidad con cambio?
Acaso, con el tiempo, se podría dar la expresión:
¿Tú también, AMLO?
ceciliogarciacruz@hotmail.com