x.- Se evidencia el vacío de autoridad en el Estado.
Punto Rojo
CD. VICTORIA, TAM. 03 07 23.- En un vídeo sencillo el Secretario General de Gobierno de Tamaulipas, Héctor Villegas González, «El Calabazo» agradece las muestras de apoyo recibidas después del atentado a balazos que sufrió hoy sobre la carretera Reynosa-San Fernando y del que milagrosamente resultó ileso.
Desde su llegada al cargo ha sido blanco de ataques por parte del equipo cercano del gobernador Américo Villarreal.
Aún se ignora por qué le tienen animadversión.
A algunos recomendados de Villegas González se les han negado su ingreso a puestos claves dentro del Gobierno del Estado, mientras que otros individuos colocan hasta a sus sirvientas, hijos, esposos y hermanos.
Siempre se sospechó la complicidad entre «El Calabazo» y el gobernador con Sergio Carmona Angulo, «El Rey del Huachicol», quién proporcionó millones de pesos para la campaña.
Tras el atentado del que salvó la vida, el ex Alcalde de Río Bravo sintió el rigor del odio que siempre, descaradamente, le han mostrado varios siniestros allegados al Gobernador.
Ni el Gobernador, ni Diputados, mucho menos Alcaldes mostraron solidaridad alguna tras el atentado.
Incluso surgieron rumores sobre el propósito y finalidad de la llegada de Ricardo Gamundi Rosas, es la de darle la estocada final a la función de Villegas.
El odio, el rencor y el coraje son cualidades predominantes en el personal ligado al Gobernante y su familia.
Américo Villarreal no sólo tolera, solapa o permite estas actitudes de su gente, también muestra la pérdida del principio de autoridad, un vacío de autoridad, un vacío de poder en todos los sentidos.
En síntesis, es un Gobierno fallido.
Tras el atentado, jubilosos, los enemigos internos, corren el rumor de una posible licencia del Secretario General , sin embargo causaría un impacto brutal entre los tamaulipecos y buscaron otros distractores, atacaron al Rector y a Ismael García Cabeza de Vaca.
Los enemigos «mostraron el cobre» como popularmente se dice y salieron al balcón.
La guerra interna se volverá más intestinal y violenta, mientras que el Gobernador sólo será espectador.
Las tribus nacidas en el núcleo gubernamental por la falta de carácter del Ejecutivo amenazan con una mayor y peligrosa desestabilización.
El Calabazo ya fijó su postura, pagó el precio de las traiciones internas y externas.
No hay conciliador a la vista.
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