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Por: Sócrates A. Campos Lemus

Que conste…son reflexiones…!

(Por años se sabe y se entiende o se impone que el día 1 de septiembre es más que de Informe, “el Día del Presidente”).

Seguramente muchos esperarían que comentáramos sobre el famoso informe presidencial. La neta es que estamos hasta la coronilla de esos sesudos estudios y análisis que nos hacen los comentaristas en la radio y la televisión.

Estamos cansados de leer lo mismo en los diarios y escuchar en las cafeterías los  comentarios de los cafetémanos de todos los días. La realidad es la realidad y en ella vivimos, los cuentos y las aspiraciones son eso, cuentos y aspiraciones. Tal vez todos queremos que el mal termine y lleguen los bondadosos y buenos mexicanos a estar en todo el territorio, eso, en serio lo demandaríamos si con los cuentos de que se porten bien y de que los malos también son pueblo, pues las cosas cambiarán y, con el debido respeto al presidente, le decimos que no creemos en esas fantochadas, la realidad es la realidad y solamente permítame comentarle algo que me acabo de enterar por una preocupada señora del pueblo pueblo, humilde, devota, seria en la formación de sus hijos, sacrificada en el trabajo para que nada faltara en su hogar y todos los miembros pudieran salir adelante y ser hombres y mujeres de buenas costumbres y de trabajo y estudio. Ella los condujo con su amor y empeño en el camino de la devoción y son en verdad ejemplo para muchos, pero esa mujer mi estimado presidente, escandalizada no por lo que ve todos los días en el paso por las zonas de criminales y de rateros que existen en todo el país, sino por lo que para ella es un verdadero tema para que veamos el mal que nos mata y nos corrompe me contó:

_“Pues hace apenas unos días un jovencito cuyos padres no tienen empleo, buscando  trabajo para dar o llevar algo a su casa se topó con unos señores que le ofrecieron trabajo y lo llevaron a una casa grande y bien puesta. Ahí los hombres le dijeron que esperarían al patrón pero que antes él se tendría que bañar porque al patrón no le gustaban los empleados sucios, y el jovencito con la esperanza de ser contratado se metió al baño y, cuando salió, esos señores lo agarraron y lo llevaron a una recámara y ahí lo sometieron para que cuando llegara el patrón lo violara al igual que otros muchos que llegaron en ese momento para saciar sus instintos criminales. Lo fueron a botar por una de las calles cercanas a las colonias jodidas y ahí lo dejaron golpeado, humillado, lastimado, violado y esto, señor presidente, nos muestra que a lo mejor esos hombres malos, criminales y violadores no tuvieron madre, aunque a usted no le guste decir malas palabras, pero muchos no la tienen, están deformados en la realidad y así pues venden y trafican con seres humanos, con jovencitas a las que violan o matan después de usarlas, con jovencitos que no pierden la vida pero perdieron todo y no sabemos cómo reaccionarán después, con esos hombres y mujeres que venden drogas o asaltan o asesinan por un precio o trafican con lo robado o con los seres humanos o aliados con los pandilleros que tienen plena libertad y andan “como Pedro por su casa”, protegidos por policías y políticos, manipulados por empresarios y banqueros que son los que les lavan las utilidades de sus robos, secuestros y venta de drogas, en fin, ahí andan, armados, matando o quemando a los que no pagan, total, el presidente es buena onda y anda en eso de la reforma moral y ellos, pues no entienden ni quieren nada de esto.

No se piense, señor presidente, que solamente hacemos este manejo de información con el afán de chingarlo, de hacerlo aparecer como un mal gobernante; no, es lo menos que queremos, lo respetamos y queremos que efectivamente logre un cambio, pero no lo vemos en las calles, en los barrios jodidos, ni siquiera en la zonas fufurufas. No, sabemos que cada día aparecen niños como el sicario del que hemos hablado de muchos lados, como al que acaban de matar en un enfrentamiento en el Norte y así vemos, en las calles de jodidos, en las zonas pobres donde andan los policías también comerciando o protegiendo a los malos y con los malos, lo que deben enfrentar muchas jovencitas y jovencitos aunque ahora gocen de becas, pero ellos tienen que salir a trabajar o estudiar y por si no lo sabe señor presidente, allá por esas zonas no hay ni luz y están todos expuestos a pasar pagando el piso y el paso con los grupos de bandoleros y pandilleros, ahora, escoltados y asociados con los Maras o con los muchos grupos de la delincuencia organizada y en cada calle usted podrá ver las pintas para mostrar a quién pertenece ese espacio y de cómo les roban a las señoras, muchas de ellas madres de otros pilluelos que andan por ahí jodiendo o drogándose y todo, porque “como los malos ahora son pueblo” pues parece o dan la impresión de que no pueden controlarlos o bien los apapachan para que algún día llegue alguna madrecita, si es que la tienen, a decirles que se porten bien, mientras tanto policías siguen en la complicidad con los hampones, sicarios, secuestradores, violadores, vendedores y traficantes de drogas, en fin, siguen los robos, los secuestros la violaciones, los asesinatos, los enfrentamientos y tenemos tantos muertos como si fuéramos un país en guerra y no buscando un cambio moral.

Ahora es cierto que estamos invadidos por grupos criminales de Centroamérica y de Colombia, Venezuela y de otros sitios, ellos se han apoderado de muchos sectores en las zonas jodidas y ahí, señor presidente, ni hay policías ni hay madres para controlar a sus hijitos o a sus maridos y siguen las pandillas aumentando, ahora, incluso, con mayores ventas porque con muchas de las becas, los jovencitos enviciados van y compran drogas no tortillas y así se siguen deformando hasta llegar a las acciones de violencia que espantan a todos por su crueldad.

Vemos incluso a muchos grupos de jóvenes de clase alta que ahora son los que, enviciados, pues también se les hace fácil violar a mujeres o a jovencitos e incluso matarlos para que no reclamen, pero mientras, andamos dando palos de ciego con la Guardia Nacional y no hay una política real para combate al crimen ni organizado ni desorganizado, solamente escuchamos el llanto y los reclamos de miles de madres y padres ante los muchos asesinatos contra sus hijos… esa es la realidad y esta no se cambia con “las cartillas morales” ya que ni las leen…