La frontera sur de Siria vive desde el domingo enfrentamientos entre fuerzas gubernamentales y miembros de la minoría drusa, que han dejado cientos de muertos y derivado en la intervención de Israel, lo que ha generado nuevos temores de un colapso en el frágil orden posguerra del país y de un nuevo conflicto en la región. ¿Qué es lo que está pasando?

Siria está profundamente dividida mientras intenta emerger de décadas de dictadura y casi 14 años de guerra civil. La situación es tensa desde principios de diciembre, cuando cayó el presidente Bashar al-Assad, tras una ofensiva relámpago rebelde liderada por grupos insurgentes islamistas sunitas.

Los drusos y el nuevo gobierno de Siria
La secta religiosa drusa es un grupo minoritario que comenzó como una rama del ismailismo en el siglo X, una rama del islam chiíta. Más de la mitad del aproximadamente un millón de drusos en todo el mundo viven en Siria (representan un 3% de la población, aproximadamente). La mayoría de los otros drusos viven en Líbano e Israel, incluyendo los Altos del Golán, que Israel capturó de Siria en la Guerra de los Seis Días de 1967 y anexó en 1981.

Los drusos se distinguen por lo cerrada de su comunidad: no aceptan conversos y tampoco son partidarios de los matrimonios con miembros ajenos a ellos. Creen en la reencarnación y un consejo de líderes espirituales, conocidos como Majlis al-Uqal, es el encargado de supervisar las prácticas religiosas y velar por la preservación de la comunidad.
En Siria, los drusos viven principalmente en la provincia sureña de Sweida y en algunos suburbios de Damasco, principalmente en Jaramana y Ashrafiyat Sahnaya al sur.

El gobierno de transición ha prometido incluir a las minorías, incluidos los drusos, pero el nuevo gobierno de 23 miembros anunciado a finales de marzo solo tiene un miembro druso, el ministro de Agricultura Amjad Badr.

Bajo el estricto gobierno de la familia Al-Assad, se garantizaba la libertad religiosa, ya que Siria entonces se jactaba de su sistema secular y nacionalista árabe.

Los drusos están divididos sobre cómo abordar sus problemas con el nuevo statu quo en Siria. Muchos drusos apoyan un diálogo con el gobierno, mientras que otros quieren un enfoque más confrontacional. Los informes de ataques a civiles drusos por parte de fuerzas afiliadas al gobierno desde que estalló la última ronda de combates han alienado aún más a muchos drusos de las nuevas autoridades.

Las minorías de Siria temen por sus derechos
Las comunidades religiosas y étnicas de Siria están preocupadas por su lugar en el nuevo sistema, que está mayormente dirigido por islamistas, incluidos algunos que tienen vínculos con grupos extremistas.

El nuevo presidente del país, Ahmad al-Sharaa, es un exmilitante que una vez fue miembro de la organización terrorista Al-Qaeda. Aunque Al-Sharaa ha dicho que se protegerán los derechos de las minorías étnicas y religiosas, ha habido varias rondas de asesinatos sectarios desde la caída de Al-Assad.

El gobierno de la familia Al-Assad, dominado por miembros de la secta alauita, había oprimido a gran parte de la mayoría sunita del país mientras otorgaba a las minorías algunos poderes.

Durante el conflicto de 14 años en Siria, los drusos tenían sus propias milicias, en parte para defenderse de los militantes musulmanes que los consideran herejes. En 2018, miembros del grupo Estado Islámico atacaron a los drusos en la provincia de Sweida, con saldo de más de 200 muertos.

El robo que desató el conflicto
El Observatorio Sirio de Derechos Humanos, un monitor de guerra con sede en el Reino Unido, indicó que los enfrentamientos actuales comenzaron después de que miembros de una tribu beduina en la provincia de Sweida establecieron un puesto de control donde atacaron y robaron a un hombre druso, lo que llevó a ataques y secuestros de represalia entre las tribus y grupos armados drusos.

Las fuerzas de seguridad del gobierno se desplegaron para restaurar el orden, pero fueron vistas como tomando el lado de las tribus beduinas contra las facciones drusas. Para el miércoles, el observatorio sirio informó que unas 300 personas habían sido asesinadas, incluidas 27 que fueron «ejecutadas sumariamente».

Lee también: Israel traslada a la frontera con Siria parte de sus tropas desplegadas en Gaza; se declara listo para cualquier escenario

Surgieron videos e informes de fuerzas afiliadas al gobierno quemando y saqueando casas de civiles y humillando a hombres drusos al afeitarles el bigote.

¿Por qué intervino Israel?
Israel, que ha intervenido periódicamente o amenazado con intervenir en apoyo de los drusos en Siria, lanzó decenas de ataques a convoyes de fuerzas gubernamentales en el sur de Siria y a instalaciones gubernamentales en Damasco. Ha amenazado con una mayor escalada. En Israel, los drusos son vistos como una minoría leal y a menudo sirven en el ejército.

Israel no quiere militantes islámicos cerca de la frontera norte del país. Desde la caída de Al-Assad, las fuerzas israelíes han tomado el control de una zona de amortiguación patrullada por la ONU en Siria cerca de la frontera con los Altos del Golán anexados por Israel y han llevado a cabo cientos de ataques aéreos en sitios militares.

Por lo anterior, Israel lanzó este miércoles una fuerte oleada de bombardeos contra las inmediaciones del cuartel general del Estado Mayor y del Palacio Presidencial en Damasco, lo que causó la muerte de tres personas y heridas a otras 34, según el último balance oficial.

Además, volvió a atacar por tercer día consecutivo Sweida.

Los enfrentamientos suscitan temores de un empeoramiento de la espiral de violencia sectaria. En marzo, una emboscada a fuerzas de seguridad del gobierno por parte de combatientes leales a Al-Assad desencadenó días de ataques sectarios y de venganza. Cientos de civiles fueron asesinados, la mayoría de ellos miembros de la secta minoritaria alauita a la que pertenece Al-Assad. Se formó una comisión para investigar los ataques, pero no ha hecho públicos sus hallazgos.

También ha habido crecientes tensiones entre las autoridades en Damasco y las autoridades lideradas por kurdos que controlan el noreste del país. A pesar de haber llegado a un acuerdo en marzo para fusionar sus fuerzas, las dos partes han llegado a un punto muerto y el acuerdo no se ha implementado.

La inestabilidad amenaza con descarrilar la frágil recuperación de Siria después de más de una década de guerra que devastó su infraestructura y desplazó a la mitad de la población. En 2017, las Naciones Unidas estimaron que la reconstrucción de Siria costaría alrededor de 250 mil millones de dólares. Desde que Al-Assad fue derrocado, algunos expertos dicen que esa cifra podría ser tan alta como 400 mil millones de dólares.

Siria se lanza contra Israel
El gobierno sirio acusó a Israel de emprender esfuerzos sistemáticos para crear el «caos» en el país árabe y afirmó que se reserva el derecho a defender a su población.

«Siria considera a Israel plenamente responsable de esta peligrosa escalada y de sus repercusiones, y afirma que se reservará todo el derecho legítimo a defender su territorio y a su pueblo por todos los medios que garantiza el derecho internacional», dijo el Ministerio de Exteriores en un comunicado.

Con información de El Universal Online