ATISBOS desde Reynosa, Tam

En marzo de 1916 el Ejército norteamericano incursionó en territorio mexicano para ir tras la caza de Pancho Villa. Se le llamó como la «Expedición Punitiva» y contó con el tácito beneplácito del presidente Carranza, porque salvo dos que tres escaramuzas entre partidas militares nunca envió al Ejército mexicano a interceptar a los cinco mil soldados norteamericanos.

Oficialmente se ignoró por qué toleró el gobierno mexicano esa expedición, tal vez porque no podía capturar a Villa o no quería ganarse la animadversión de los mexicanos que admiraban al Centauro del Norte.

Lo anterior se recuerda porque en estos días los Senadores norteamericanos piden se califique de terroristas a los cárteles de la droga, que de aprobarse se daría luz verde para repetir el episodio de marzo de 1916.

Una intervención a la que si se opone el presidente López Obrador, tambalearía su 60% de aprobación social aunque por otro lado, insuflaría el patrioterismo en una parte de la ciudadanía, pues una cosa es que hayan venido por Villa y otra por capos delincuenciales, que de paso:

¿A cuántos gobernantes de los tres niveles arrastraría la Expedición Punitiva que ya claman en EUA?.