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Por: Jorge Herrera Valenzuela

                                                                                                                                RÁFAGA

Como dijo don Alejandro Martí: Sí no pueden, ¡Renuncien!

Las hojas del calendario siguen desprendiéndose del calendario desde hace 20 meses, a partir del 1 de diciembre de 2018, y el país mantiene un clima de inseguridad a nivel nacional.

La violencia es cotidiana en algunas entidades del país. Nada frena a los narcotraficantes que pelean espacios territoriales, tampoco se liquida a los ladrones de combustible, los huachicoleros. Los asaltos en las carreteras no cesan. La delincuencia no organizada, los rateros, en las zonas urbanas, operan sin mayor riesgo.

Frente a este panorama, además de confrontar la incontrolable pandemia y los problemas sociales y económicos derivados de ese mismo mal, la ciudadanía no entiende cómo la delincuencia organizada se hace de un armamento sofisticado y de alto poder traído del extranjero.

Después del atentado contra el jefe policíaco de la Ciudad de México, se informó del arsenal que poseían los sicarios, pero nadie explica quién deja paso libre en las aduanas fronterizas y marítimas.

Tras la ineficacia de la Guardia Nacional, creada originalmente para frenar a la delincuencia y pacificar todos los rincones de la República, se decretó presidencialmente que, los soldados y los marinos volverían a las calles para, coordinadamente con la GN, trabajar en cada una de las entidades. Ni los miembros del Ejército y la Armada están preparados para labores policíacas, ni los policías tuvieron preparación castrense.

RETO DÍFICIL PARA A. DURAZO

Desde antes de iniciarse el actual sexenio, fue anunciado que la dependencia encargada de la seguridad nacional estaría a cargo de Francisco Alfonso Durazo Montaño, la pregunta popular fue, ¿y quién es ese señor?, seguida de otra interrogante, ¿ha sido policía? No hubo respuesta alguna, pero seguramente que ni el sonorense que el 11 de este mes cumplirá 66 años, imaginó la tarea que se le avecinaba, aunque teóricamente y en el papel tuviera planes, programas y tal vez hasta estrategias.

Manejar la Secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana, como se denomina la institución, requiere de personal experimentado, capacitado, con trayectoria en la investigación, contar con conocimientos de un servicio de inteligencia. Durazo Montaño, originario de Bavispe, Sonora, tiene licenciatura, maestría y doctorado, en ingeniera civil, en Derecho y en otras materias, pero nada relacionado con la materia de seguridad o de trabajo policíaco. Diputado federal y actual senador con licencia.

El hombre tiene antecedentes como secretario particular del priista Luis Donaldo Colosio y del panista Vicente Fox Quesada, inclusive fue su vocero oficial. Otro brinco y se convirtió en colaborador de confianza del mandatario en turno. Tres camisetas diferentes, hoy orgullosamente luce la de Morena. Podría tener resultados positivos si llama a hombres con “cancha policíaca” y cumplir con lo ofrecido por su jefe, poner fin a la inseguridad en los primeros seis meses del gobierno o cuando menos disminuirla.

Hoy no quieren saber nada del pasado. Anhelan borrar todo indicio del neoliberalismo, atacar de raíz la corrupción y eliminar la impunidad. Sin embargo se olvidan que la República Mexicana y su Ciudad Capital, hasta hace quince años mantenían los climas de paz, de tranquilidad, de ambiente cordial. Doce años, seis panistas y otros tanto priistas, pusieron fin a esa época. El hartazgo de la ciudadanía y las promesas que escucharon en la campaña político-electoral,  eligieron Presidente de México que nos devolvería a una vida sin zozobras, pero no fue así.

Los narcos entraron el pasado 23 de junio a la Ciudad de México, a la Capital del País, al corazón de la Patria. Pretendieron asesinar al Secretario de Protección Ciudadana. Los sicarios fueron identificados como enviados por el Cártel Jalisco Nueva Generación. Diecinueve están bajo proceso por varios delitos y “El Mencho” sigue en el confinamiento hogareño, dirigiendo su expansión delincuencial hasta territorio norteamericano.

No incluyo en mi comentario las estadísticas de los cientos de miles de homicidios dolosos, porque son conocidos en toda la Nación. Es muy lamentable que las noticias de Guanajuato, de Guerrero, de Michoacán, de la misma Ciudad de México, sean de asesinatos, de “ajuste de cuentas entre criminales”, ya sean tan comunes que no conmueven ni a los que leen los reportes ni a quienes los escuchan.

Como recuerdo a los policías del siglo pasado. No eran universitarios, sino autodidactas. Su intuición era uno de los factores para capturar a los autores de homicidios, a los asaltantes de sucursales bancarias (el primer asalto, en febrero de 1961, quedó resuelto con detenidos y recuperado el botín, en menos de 48 horas), tenían control de los hampones urbanos. No se escapaba un solo homicida y las averiguaciones judiciales eran bien elaboradas, los jueces penales no “soltaban” a los presuntos.

¿Nombres? Coronel Manuel Mendoza Domínguez, jefe del Servicio Secreto, con sus comandantes Jorge Obregón Lima, Jorge Udave González, José Salomón Tanús, Manuel Bahena Camargo, Arturo Fernández Porras, Jesús Gracia Jiménez y en la Policía Judicial del Distrito Federal, el capitán Rosalino Ramírez Faz. En la Procuraduría General de la República, el general Raúl Mendiola Zerecero y Héctor Hernández Tello. También menciono al jurista y catedrático universitario Eduardo Estrada Ojeda, quien comandó a los detectives del Servicio Secreto.

PREGUNTA PARA MEDITAR: ¿Será verdad que Durazo Montaño está en campaña para ser candidato de Morena y llegar a gobernador de Sonora?

jherrerav@live.com.mx