Compartir

Este domingo 27 de agosto, las seis personas aspirantes a la Coordinación Nacional de los Comités de Defensa de la Cuarta Transformación concluiremos nuestros recorridos por el país. Vendrá entonces el momento de evaluar este ejercicio de participación política, tanto del lado de la izquierda como del bloque opositor conservador.

Entre los retos inmediatos que tiene el movimiento de MORENA para salir fortalecido de esta experiencia, está la unidad interna, que es el bien político superior por mantener y preservar. Es de suma importancia apostar por la unidad integral.

Actualmente, en el mapa político del país, MORENA y sus aliados gobiernan 23 de las 32 entidades. Esto refleja una continuidad de sus altos índices de legitimidad. Con el apoyo y la participación democrática de la ciudadanía en las elecciones intermedias de 2021, el partido oficial retuvo la mayoría en ambas Cámaras del Congreso de la Unión, y se alzó con la mayoría absoluta de las legislaturas locales, así como de las gubernaturas, incluida la del Estado de México, la plaza electoral más importante del país.

Por tanto, la unidad debe ser orgánica y no de simple retórica, lo cual implica un proceso de diálogo, negociación y acuerdos. Esta etapa se puede entender muy bien con la teoría de juegos, cuyos actores se mueven entre la cooperación y el conflicto, buscando obtener, cada uno, la máxima ganancia con el mínimo de riesgo. Encontrar el punto de equilibrio entre riesgo y ganancia es aquello que va moldeando las decisiones individuales de cada jugador.

Recordemos que la teoría de juegos es de carácter matemático y suele ser vinculada con otras, como la de elección racional o de la decisión estadística. Además, tiene como objeto de estudio las situaciones competitivas o de intereses opuestos de manera formal y abstracta, así como sus particularidades generales. Entre otras utilidades, esto ayuda en la toma de decisiones y en las estrategias militares o las negociaciones políticas, económicas, empresariales y laborales. Cabe señalar que la teoría de juegos clásica suele dividirse en dos tipos: cooperativa y no cooperativa.

En mi caso, decidí estimular la variable de la cooperación, cediendo mi lugar a la propuesta de uno de los participantes de esta competencia interna. Lo hice para que el juego no se decantara por el lado del conflicto, y también como un voto de confianza a la Comisión de Encuestas y a la dirigencia de MORENA.

Sin embargo, pueden sobrevenir otros momentos de conflicto-cooperación que debemos transitar con asertividad. Por ejemplo, el número de cuestionarios efectivos por aplicar y la selección de las muestras.

Al respecto, algunos autores recomiendan la suficiencia y la saturación como criterios fundamentales para decidir el número de personas entrevistadas en un contexto estadístico o probabilístico. Mientras que la suficiencia puede estar referida al rango de participantes o gente encuestada indispensables para reflejar a la población, la saturación se refiere al punto en el que la recopilación de datos no agrega nueva información.

Esto quiere decir que el número de personas entrevistadas o encuestadas debe reflejar la gama de partes interesadas relevantes, de modo tal que sus respuestas puedan constituir una muestra confiable, que represente los gustos o preferencias del universo o de la población. Por tanto, se debe considerar que el número de las y los entrevistados en este ejercicio estadístico tiene que cumplir con los criterios de suficiencia y saturación.

La selección por muestreo, también denominada muestreo estadístico o muestreo, simplemente, se refiere a la aplicación de un procedimiento matemático, mediante el cual se obtiene una o más muestras de una población. En el caso que nos concierne, la población consiste en el universo de simpatizantes de MORENA y de la Cuarta Transformación; de ahí que las muestras propuestas tendrían que reflejar fielmente el imaginario colectivo, las preferencias, filias y fobias de ese universo; es decir, cierto porcentaje, más o menos representativo, del conjunto de personas que se han manifestado abiertamente a favor de una o un aspirante a la Coordinación Nacional de los Comités de Defensa de la 4T.

Hasta el momento, en el escenario no se ve el riesgo de un empate. Incluso la convocatoria no establece nada respecto a esta posibilidad ni sobre qué hacer en caso de que se presentara. Sin embargo, la probabilidad no debe descartarse, como demostraron los resultados de la elección constitucional de 2006 y la interna de la actual dirigencia nacional del movimiento, en octubre de 2020.

Estadísticamente, hay forma de alejar el empate: incrementar el número de personas encuestadas y ampliar —del 95 al 99 por ciento— el nivel de confianza de la encuesta. No obstante, esto aumentaría sustancialmente el costo y las dimensiones de la muestra. Pero, si hubiese empate técnico, ¿se repondría el ejercicio con sólo las dos opciones punteras o se declararía que una ganó dentro del margen de error?

El otro punto por evitar es la manipulación o contaminación de la muestra seleccionada. En un ejercicio loable de transparencia, el próximo domingo, la y los jugadores tendremos en nuestras manos las secciones electorales en donde se levantará la encuesta. Bien hasta ahí; sin embargo, ¿quién nos garantiza que al siguiente minuto de contar con esta información estratégica no se activará el “acarreo digital”, mediante contact centers, push polls, mensajes SMS y masivos de WhatsApp, así como brigadas de barrido para recorrer casa por casa buscando inducir la respuesta?

La semana actual es clave para definir estas cuestiones, de las cuales depende que el ejercicio interno de MORENA se traduzca en un juego democrático en el que la unidad prevalezca sobre el conflicto (ruptura), y que los juegos del hambre no impongan su dinámica de exclusión, avasallamiento y extinción.
ricardomonreala@yahoo.com.mx
X y Facebook: @RicardoMonrealA