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PUNTO ROJO 

CD. VICTORIA, TAM.- Los coche punta o «punteros», llegaron primero, «peinaron» la zona y luego de unos minutos, vía frecuencia privada avisaron al comando de la enorme caravana, «luz verde, pueden llegar».

En cuestión de segundos el elegante y exclusivo restaurante Las Gambas fue rodeado por camionetas blancas blindadas del Gobierno del Estado, militares y otras corporaciones.

Los meseros no perdían detalle.

De una suburban «dura» bajo el Ejecutivo Estatal, Américo Villarreal Anaya e ingreso.

Se sento con otro comensal que ya lo esperaba nadie sabe quién era.

De inmediato los elementos de Seguridad Pública comenzaron a quitar celulares a otras personas y clientes que iban llegando.
La reunión duró poco más de una hora.

Salieron del establecimiento, abordaron las blindadas y se fueron no sin antes regresar los teléfonos, estrategia usada por el famoso narcotraficante Joaquín Guzmán Loera «El Chapo», con una pequeña diferencia, el capo por cierto del Cártel de Sinaloa pagaba la cuenta de los clientes….estos ni las gracias dieron, ni propina a los meseros.

El misterioso hombre acompañado por su ayudante, tranquilamente abordo su camioneta y se fue.

La extravagancia no la pueden ocultar los Morenistas, caen en excesos peliculescos cuando de su seguridad personal se trata.
Otro ejemplo, el Alcalde Eduardo Abraham Gattas Báez, Carmen Lilia Cantúrosas, Carlos Peña, Armando Martínez, incluso, el Secretario General Héctor Villegas.

Causa rareza porque la actual administración estatal no a capturado a nadie importante del crimen organizado, tampoco boletinado a ningún jefe de plaza como sucedió en el sexenio pasado.

Luego de los balazos pegados a las paredes del DIF Estatal en la Calzada Luis Caballero, se redobló la vigilancia personal de políticos.

La sobrevigilancia alrededor de funcionarios estatales se incremento en las últimas semanas, eso incluye el equipamiento bélico en patrulleros, el empotramiento de armas de grueso calibre en unidades-escolta.

Habían sido retirados para mostrar el clima de paz, pero surgió una contra-orden.

La medida se adopta cuando no se cumplen acuerdos o se abren las fronteras para el ingreso de otras organizaciones delictivas.

«Quién no ataja, deja pasar».

Otro punto importante, el exceso de agentes vigilando centros comerciales es muestra inequívoca que la delincuencia común va ganando terreno, saqueen las bodegas o trailers que lleguen a descargar.