Por: Jorge Herrera Valenzuela
Ráfaga
Hace 63 años el entonces Distrito Federal quedó semiparalizado por una noticia. No había pandemia ni confinamiento casero.
Era Lunes Santo, 15 de abril de 1957. Se desplomó el avión que era piloteado por uno de los dos versátiles actores del cine mexicano, originario del Puerto de Mazatlán, carpintero en Guamúchil, Sinaloa.
El hombre salió del aeropuerto de Mérida rumbo a la Capital del País, pero no llegó a su destino.
Sí, comento sobre la muerte accidental de Pedro Infante, ocurrida la mañana del comienzo de la Semana Santa. Las hoy bisabuelas y abuelas supervivientes, las mamás de hoy que entonces eran jovencitas en edad primaveral, lo convirtieron en su ídolo y lo encumbraron en ese sitial, manteniéndolo hasta este 2020, no podrán llevar a cabo la visita a la tumba del que fue esposo de María Luis León Rosas y de Irma Dorantes, así como compañero durante seis años de la actriz y bailarina Lupita Torrentera, quien nació hace 88 años en Tacubaya, D.F.
Desde el inicio como cantante en las estaciones de radio y a partir de sus primeras actuaciones en el cine, Pedro captó la admiración de las mujeres. Lo mismo las señoras de “alta sociedad (Lomas de Chapultepec, Polanco, Jardines del Pedregal) que las de las colonias y barrios populares de Peralvillo, Jamaica, La Merced, lo seguían a todas partes. Les atraía el físico del mazatleco, su simpatía y el dejarse querer por sus admiradoras.
Ese accidente aéreo que le costó la vida, era el segundo que sufría. El 22 de mayo de 1949 regresaba de Acapulco con Lupita Torrentera, piloteando su avión, se acabó el combustible, se silenciaron los motores y Pedro perdió el control de la aeronave. Estaban próximos a Zitácuaro, Michoacán, cuando se registró el percance. Los dos resultaron seriamente heridos y Pedro cargó casi dos kilómetros a su compañera, en busca de auxilio médico. Fue cuando a Pedro le pusieron una placa en el lado derecho de la frente.
A PROPÓSITO DE LUPITA Y PEDRO
Aun cuando Pedro se casó en 1939 con María Luisa León, quien, decían, era diez años mayor que él, el recordado actor tenía preferencia por las jovencitas, casi niñas y el primer caso fue cuando conoció a María Guadalupe Torrentera Bablot. La Chiquilla de Tacubaya desde los primeros años de su vida se relacionó con el medio artístico y contó con el apoyo de su mamá.
El encuentro inicial fue en los pasillos de la XEW y fue Miguel Aceves Mejía quien los presentó. Lupita tenía entonces 14 años de edad. Su segunda entrevista tuvo lugar en el Teatro Follies, de la Ciudad de México, donde estaba actuando Pedro y él la llamó para platicar y Lupita estaba “endiosada” con quien sería después su compañero y con quien tuvo tres hijos –Pedro, Lupita y Amelia Margarita—y no pude precisar el dato de que fueron padres de Cruz Infante, fallecido hace unos años.
Las relaciones se oficializaron cuando Pedro le solicitó a la mamá de Lupita el permiso para ser novios. Al principio la señora se opuso, porque sabía que el actor y cantante estaba casado. Acudían juntos a fiestas y uno de los testigos de esos amores fue Antonio Aguilar, entonces conocido como Tony Aguilar. María Luisa León supo de esa relación, pero se negó a dar el divorcio a Pedro; ella mantuvo esa decisión hasta el día de su muerte en 1978. La unión libre terminó “porque él (Pedro) era descarado y sinvergüenza”. En una entrevista radiofónica que le hice a Lupita –en Radio Fórmula hace muchos años– confesó que nunca dejó de amarlo.
OTRA CHIQUILLA EN SU VIDA
Corría el año de 1947, como dicen algunas canciones, cuando otra chiquilla se atravesó en el camino del enamoradizo Pedro Infante, una hermosa niña de escasos 13 años, yucateca de nacimiento y de nombre Irma Aguirre Martínez, pero que en la vida artística la conocemos como Irma Dorantes. La seleccionaron entre varias jovencitas para intervenir en la película Los Tres Huastecos, en 1948. Ahí comienza la vida de una actriz que destacaría también como intérprete de la canción romántica.
La escena donde aparece Irma, es cuando “el padrecito Juan de Dios”, uno de los tres huastecos, la regaña porque una niña no debe pintarse los labios ni las uñas. Algo muy simple fue el suceso, en apariencia, porque comenzó una buena relación que en poco tiempo se convirtió en un noviazgo. Pedro era ¡20 años! mayor que la merítense de ojos preciosos, color verde, de escultural cuerpo y de baja estatura.
Antes de ingresar a los estudios cinematográficos, Irma fue llevada por su mamá a varios concursos que había en la radio, seguramente en la W. También hizo pruebas y estudios en el teatro infantil de Bellas Artes. El 10 de marzo de 1953 contrajeron nupcias, pese a que Pedro seguía siendo el esposo de María Luis León. Sin embargo a la yucatequita linda la consideran como la viuda de Pedro.
VAGABUNDO, MOTOCICLISTA Y MUJERIEGO
Este galán del cine mexicano que solo grabó una canción en inglés, “Bésame Mucho” de Consuelito Velázquez, y 313 más en español, rancheras y boleros, imponiendo su estilo como lo reveló también al caracterizar a diferentes personajes. Con El Gallo Giro, Luis Aguilar, filmaron “A Toda Máquina”, ATM, y “¿Qué te ha dado esa Mujer? Ambos se hicieron ídolos de los integrantes del Escuadrón Acrobático de Motociclistas, de la Dirección General de Tránsito del D.F., cuyas escenas fueron rodadas en el ruedo de la Plaza México.
Imposible dejar de ver “Dos Tipos de Cuidado”, donde alternaron Pedro Infante y Jorge Negrete en una comedia romántica con actores como José Elías Moreno, Carlos Orellana, Arturo Soto Rangel, Mimí Derba y las damas jóvenes fueron las guapísimas Yolanda Varela y Carmelita González. Un verdadero enredo amoroso, cinematográfico, que sigue formando parte de la programación de la televisión.
También es de frecuente exhibición, en las pantallas de tv, la jocosa película “Escuela de Vagabundos”, cuyo elenco fue de primer nivel. Junto con Pedro intervinieron Oscar Pulido, Miroslava, Blanca de Castrejón, la singular Anabel Gutiérrez y “Audifaz” el mayordomo de la residencia y que personificó Eduardo Arcaraz. En unas escenas filmadas en el Country Club de México, aparece Fernando Casanova, “novio” de Miroslava, enfrentándose verbalmente con “el chofer (Pedro) de la señorita”. La trama va de cuando el mazatleco personifica a un vagabundo que llega a la casa de Oscar Pulido, se enamora de Miroslava, y todo termina color de rosa.
Con los compadres Emma Roldán y Andrés Soler en la película “Las Hijas de María Morales”, Pedro Infante y Antonio Badú nos hacer reír a carcajadas por las diabluras que comparten con las bellas Irma Dorantes y Carmelita González. Al lado de los hermanos Fernando, Domingo y Andrés, otros films de la Época de Oro, al igual que con Silvia Pinal y la final y galardona cinta “Tizoc” con María Félix.
El comentario tiene también un punto especial: aburrirnos menos en el encierro leyendo una síntesis del hombre que por primera vez, desde 1958, no tendrá música en su tumba del Lote de Actores, en el Panteón Jardín. Recordaré que hace 63 años casi no salimos (del lunes al jueves) de la redacción del diario Zócalo, por las ediciones especiales que dirigió don Alfredo Kawage Ramia. En esa Semana Santa el diario La Prensa llegó a poner en circulación 310,000 ejemplares en un solo día; Excélsior y sus ediciones de Últimas Noticias, 1ª. Y 2ª, también tuvieron tirajes por miles de ejemplares.
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