Clara Brugada Molina, jefa de Gobierno de la Ciudad de México, declaró categóricamente que la capital no tolerará la xenofobia ni la discriminación contra personas de otros países que elijan vivir en la ciudad.
También reafirmó su compromiso de abordar el problema de la gentrificación. Anunció que su administración está trabajando en una propuesta concreta que se presentará pronto, la cual buscará «enfrentar este problema y arraigar a la gente en sus barrios y colonias», al tiempo que aseguró que se establecerán «reglas claras» para la convivencia en la ciudad.
Enfatizó que la metrópoli es un lugar de acogida para «todas y todos», asegurando que «no hay espacio para el odio ni la exclusión».
En un evento llevado a cabo en el Zócalo capitalino donde realizó la entrega de apoyos del programa «Ingreso Ciudadano Universal», la morenista reiteró que el rechazo a la discriminación y la xenofobia es un «deber moral y una obligación ética y política».
Subrayó que la Ciudad de México es una urbe que «abraza las diferencias» y cuya diversidad la enriquece.
Las declaraciones se producen días después de una protesta antigentrificación que tuvo lugar el pasado viernes en la colonia Hipódromo, alcaldía Cuauhtémoc, la cual escaló a actos de violencia y vandalismo.
UN LUGAR DE DERECHOS Y LIBERTADES
Ante la preocupación expresada por empresarios sobre la imagen de la ciudad, especialmente de cara al Mundial de Fútbol 2026, Brugada Molina afirmó que la capital seguirá siendo un espacio de derechos, libertades y paz.
Basta destacar que la postura de Brugada Molina se alinea con la de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo, quien también instó a la ciudadanía a rechazar «contundentemente toda forma de racismo, clasismo, xenofobia, machismo y discriminación».
DIARIO DE MÉXICO