Que conste…son reflexiones!…

(“No faltan recursos, sobran ladrones”).

Realidad es que cuando hemos tenido la oportunidad de entrevistar a algunos de los “suspirantes” a puestos de elección popular para alcanzar puestos y presupuestos, que han brincado de un partido al otro con total cinismo y solamente porque así les conviene.

Nos  dicen que es para garantizar, antes que nada, el puesto con el presupuesto y de que lo que se trata es de “ganar la elección” y para ello “deben estar en el lado bueno no en el equivocado”. Alegan que la ideología es cosa de viejitos que piensan en ello y que si importara, pues hay tiempo para discutir.

Así que cuando pensamos en el famoso cambio moral y de valores de los que habla AMLO concluimos que a tal vez para muchos es un cuento y que “hay tiempo para discutirlo,” pero primero, hay que garantizar la elección y así nos percatamos que efectivamente: “el poder marea a los inteligentes, pero a los pentontos los enloquece y enriquece”.

Claro que esto tiene la enorme ventaja de que solamente un reducido grupito está realmente informado de lo que sucede, ya que el grueso del infelizaje nacional anda buscando la forma de pagar sus cuentas, tener para los medicamentos y alimentos, no perder el trabajo si lo tienen, o andar en las calles para ver que vende o que chinga y esto hace que en términos generales no estén informados y por eso cuando votan, solamente lo hacen por la gente que les cae bien, o que ellos identifican como buenos, y ahora, millones lo hacen cuando han recibido recursos de diferentes programas sociales que anteriormente no recibían y saben que no los recibían porque existiendo los recursos, los políticos y funcionarios se los robaban para enriquecerse y que la política la tenía controlada ese grupo mafioso y que todo es al final un gran cuento porque los candidatos no son electos por los militantes o simpatizantes, son impuestos para mantener la “elite del poder y seguir chingando”.

Incluso en Morena hay muchos que así operan como pequeñas mafias de poder y es por ello que se sigue controlando por los jefes de las tribus y las mafias.

El factor del triunfo pasado ha sido el presidente pero al alcanzar el poder, ahora debe respetar algunas normas y contenidos y así dejó en manos inexpertas y ambiciosas el poder de Morena, cuando se dio cuenta de que las ambiciones NO respetaban y luchaban los grupos y tribus para imponer a sus candidatos que les garantizaran poder y recursos con puestos y presupuestos, el mismo presidente amenazó con salirse de la organización e irse a otra, pero ahí está, y el asunto es que si él deja o se cambia, seguramente la crisis interna en la lucha por el poder se agudizaría y terminarían como han terminado muchos grupos de la izquierda que son como dice aquel cuento corto: “la hormiga odiando a la cucaracha, votó en favor del insecticida y murieron todos, incluso, el grillo que se abstuvo”.

El presidente  dolido por algunos abandonos en este caos que se nota y se siente y por dejar a un lado su buena forma para escuchar a los viejos militantes que le tienen que decir cosas y al no ser escuchados prefieren pasar a la “oposición para hacerse escuchar en sus reclamos y críticas”, pero el presidente se ofende y dice, es que: “se cansaron” y dejan la lucha, eso sí sabemos que anda rodeado de viejos mafiosos en el poder que tienen puertas abiertas e incluso negocios, contratos y presupuestos en proyectos y programas aparentemente sociales en el deporte que al final de cuentas son los negocios personales de esos “nuevos amigos que no se han cansado”. Claro que también suspira por el abandono de otros que desde siempre han sido aliados del poder y de las fuerzas represivas dentro del Estado Mayor Presidencial y otros grupos que les dejaban puestos importantes y  creía que le servirían y los nombró para darse cuenta que al poco tiempo dentro del esquema de confrontación de la derecha en su contra pues le saltan las pulgas y lo peor es que se le olvida cómo manejar la comunicación y le salen los rencores y en vez de tener claro que “las águilas no cazan moscas porque les dan importancia y que las moscas siempre vuelan a la misma mierda”, los confronta y los hace famosos e importantes porque eso es la publicidad y la forma del martirologio nacional.

No, presidente, no se han cansado, buscan nuevas formas de hacerse escuchar y a lo mejor lo que debería hacer -y no soy quién para darle consejos- es que los escuchara porque a lo mejor si no está del todo de acuerdo cuando menos le darán algunas lecciones y no le contarán historias que sirven de anecdotario sino experiencias que se han calado a lo largo de luchas sociales y acciones. Nadie tiene la verdad absoluta a menos que sea o se crea Dios. ¿Le contaron de casualidad por qué secuestraron a algunos dirigentes de izquierda cuando se robaron los recursos de las guerrillas que les dejaron para cuidarlos y los gastaron teniendo que recurrir al poder y a las fuerzas “represivas que, por medio de la DFS” pagaron para rescatarlos?…. pues no, le dieron cuentos y ahí los trae en la memoria o le han contado sus relaciones con muchos políticos del poder incluyendo a otros presidentes que los apapacharon y bien, muy bien?, pues lo dudo.

En fin, las vidas caminan y si se equivocan pagan caro por ello, pero solamente la experiencia les brinda a los políticos muchas ventajas y por desgracia deben ser claros en el conocimiento de los seres humanos y de sus historias y no juzgarlos por lo que les cuentan sus enemigos o los que les tienen miedo porque saben la verdad o las medias verdades de los acontecimientos que se han ocultado por años, y así pues, una de las grandes recomendaciones que hacían los viejos lobos de mar era tener la información real no la que les convenía a algunos para continuar mamando de los puestos y los presupuestos, como vemos a muchos en la ambición por lograrlo ahora.

Y ya andan como “coyotes” haciendo propuestas de negocios y que no le vengan con que son de buena fe, ellos quieren dinero y no luchan por su misma causa, es la realidad. Así sirvieron lo mismo a Díaz Ordaz, Echeverría y otros muchos con el cuento de que son intelectuales, pero chingativos.