La Iglesia católica expresó su preocupación por la situación de los adultos mayores en México, pues afirmó que en un mundo acelerado, que mide la vida en entregas inmediatas y resultados productivos, en la que lo que no rinde se descarta, estos han quedado invisibilizados, olvidados y arrinconados.
A través de su editorial Desde la Fe, la Iglesia indicó que en México todavía se conservan gestos de cariño hacia los mayores, «pero también abundan el maltrato psicológico, la violencia física y verbal, el abandono disfrazado de indiferencia, y una creciente cultura del descarte».
Agregó que «de nada sirve proclamar que ‘los adultos mayores son un regalo’ si no traducimos esa gratitud en gestos concretos: acompañar a la consulta médica, respetar sus ritmos, valorar sus consejos, compartir con ellos una comida, abrir espacio a su voz en la familia y en la comunidad».
Además, recordó que el Papa León XIV, en la V Jornada Mundial de los Abuelos y de los Ancianos, manifestó que «la fragilidad de los ancianos necesita del vigor de los jóvenes, pero la inexperiencia de los jóvenes necesita del testimonio de los ancianos para trazar con sabiduría el porvenir».
En ese sentido, señaló que no se trata de romantizar la vejez, «sino de reconocer que la experiencia, decantada en años de alegrías y heridas, de derrotas y resiliencias, constituye una sabiduría del corazón que no se improvisa».
Ante ello, anunció que el próximo 31 de agosto a las 12:00 horas, en el marco del Año Jubilar, la Arquidiócesis de México celebrará en la Basílica de Guadalupe una misa especial por los abuelos y todas las personas mayores.
«Será, sin duda, un bello momento de oración, que no puede quedarse en una fecha. El verdadero homenaje será cotidiano: mirar a los ojos, agradecer, aprender y acompañar», sostuvo.