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Jesús Te Ampare

En la política hay políticos que en realidad son unos auténticos payasos.

No respetan niveles, colores ni ideologías. Pululan por doquier.

Los hay rojos, verdes, azules, naranjas, guindas y amarillos, entre otros.

Y también hay de payaso a payaso.

Su función es hacer reír a la gente, hacer bromas, piruetas y hasta trucos.

Son también actores satíricos que se burlan de la cotidianidad.

Volodymyr Zelensky ganó fama y poder gracias a programas televisivos con contenidos pletóricos de sátira y género literario.

Debutó disfrazado de payaso intrépido: lenguaje irreverente y arriscado, salpicado de críticas políticas.

Hoy en día es el polémico presidente de Ucrania, que llegó al poder impulsado por la serie titulada “El Servidor del Pueblo”.

Un nuevo concepto para llamar la atención; desde un principio convocó a millones de simpatizantes por sus severas críticas a un gobierno corrupto.

La actuación y comedia fueron el sustento de su sobrevivencia.

El carismático payaso personificó a un humilde maestro que juró siempre erradicar la corrupción.

Fue tan exitosa la emisión televisiva que la casa productora fundó un partido político con el mismo nombre de la serie (El Servidor del Pueblo), transformándose ésta en la estrategia de campaña que lo impulsó a la Presidencia de Ucrania.

A través de los años se ha convertido en un estadista incómodo para el régimen ruso.

Hoy, ese país masacrado por Vladimir Putin está al rojo vivo con su líder al frente de la resistencia.

Antes de la execrable y sanguinaria invasión, muy pocos tomaban con seriedad a Zelensky.

“Soy candidato a la Presidencia y estoy desafiando a las élites en su propio terreno, por eso me atacan llamándome payaso. Sí, soy un payaso y estoy orgulloso de ello”, expresó Zelensky en 2019 cuando ganó la elección con una votación abrumadora de 73%.

A través de su destreza para conectar con el público, y su presencia en los medios, logró conquistar a la nación ucraniana en tiempos de incertidumbre.

Si bien su transición de comediante a líder de un país es admirable, también refleja cómo el carisma y la popularidad pueden reemplazar la experiencia política en la toma de decisiones.

De 47 años, el Presidente de Ucrania es una figura universal, un héroe admirado y reconocido por la valentía y coraje con la que ha conducido la defensa de su país.

La política circense es un reflejo de la era que vivimos, una era en donde las redes y los medios de comunicación masivos, han moldeado nuestras expectativas sobre los líderes.

Nos hemos acostumbrado a ver a los políticos no como figuras que deben guiar a la Nación con seriedad, sino como estrellas de un reality show que deben tener carisma, discurso e impacto visual necesarios para atraer la atención del electorado.

La política no es un circo, es la responsabilidad de construir, con capacidad de gestión y liderazgo, un futuro mejor para todos.

En México, abundan los políticos payasos, que por una selfie traicionan a un poder real.

Solo Zelensky, escondió a su payaso, para elevarse en un auténtico Jefe de Estado respetado y admirado.

ceciliogarciacruz@hotmail.com