Florecilla, si pudiera entender lo que son tus hojas y raíces, sabría qué es Dios y qué es el hombre.

Nuestros ancestros prehispánicos sabían de la capacidad energética de cada planta, hierba, flor, árbol, relacionada con una estrella, planeta, asteroide, galaxia, con quienes mantenían comunicación directa.

Ellos veneraban hasta el más humilde vegetal que hace posible el milagro de fundirnos todos los seres vivos en un solo universo.

Nuestros ancestros Poetas y Brujos eran más sabios e intuitivos con respecto a la herbolaria, que hoy cualquier doctor en Ciencias: “El verdadero saber no se adquiere en las escuelas ni universidades sino observando las verdades naturales de la vida”.

Y Ellos sabían distinguir las especies que curan, las que otorgan paraísos mágicos y las que alejan a los enemigos.

Académicos menos ortodoxos ya aceptan que el cinturón sideral conocido como Zodíaco tiene algo o mucho que ver con el poder de sanación de plantas de acuerdo al signo zodiacal.

Por ejemplo, los del signo Aries se ven beneficiados con el gladiolo, la rosa y las margaritas. Así como romero, ajenjo, castaño y toda clase de árboles y plantas espinosas.
Que los geminianos son protegidos por la madreselva, el jazmín y los árboles tropicales. En tanto que los acuarianos tendrán suerte si se rodean de violetas y cultivan un ciprés o un pino.

Sin embargo, repita una y otra vez, un gran número de los modernos viven separados de la Naturaleza; creen que Ella está ahí para ser utilizada, explotada, ¡todo lo contrario de lo que pensaban nuestros tatas antiguos quienes descubrieron los más profundos misterios de la vida en los pétalos y hojas de flores y plantas!

En las noches de luna las flores te hechizan. Li Po.
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