Jesús Te Ampare

XALAPA,VER.- 18 11 2025.- La Presidenta insiste, una y otra vez, que en su gobierno se respeta la Libertad de Expresión.
Lo dice con serenidad, como quien enuncia una verdad incuestionable.

Sin embargo, la realidad viene a contradecirla con puntualidad quirúrgica: esa libertad existe, sí…mientras no incomode al poder.

Cuando el Periodismo o cualquier voz crítica señala errores, excesos o responsabilidades, de repente la libertad se convierte en conspiración, ataque, complot. Es ahí cuando comienza la maquinaria de la descalificación.

El problema para el gobierno es que cada vez que niega la censura, les estalla una evidencia fresca en las manos.

No basta con afirmar que todo está bien cuando lo evidente es lo contrario: conferencias donde exhibe a reporteros, campañas de odio contra Periodistas, amenazas veladas, recortes presupuestales a medios y una narrativa oficial que coloca a la Prensa crítica como enemiga del pueblo.

Pero esta vez fueron más allá del Periodismo. Los fieles personeros del gobierno, esos soldados del teclado que patrullan las redes para atacar a quien se salga del guion, se lanzaron contra mi amiga la cantante Ana Gabriel, que –en pleno concierto—condenó el cobarde asesinato de Carlos Manzo. Un crimen que tocó fibras sociales y profundas y que el gobierno preferiría enterrar en silencio.

Ana Gabriel no leyó un texto editorial, no participó en una mesa política: expresó un sentimiento humano y ciudadano frente al horror.

Y aun así, los guardianes del discurso oficial se abalanzaron sobre ella como si hubiera cometido un delito de Lesa Patria.
En lugar de exigir justicia, prefirieron disparar su furia digital contra la mensajera.

Así se gobierna hoy: con Libertad de Expresión con asteriscos, limitada a los aplausos, a la adulación, al silencio conveniente.
Porque cuando el poder le teme a la crítica, cuando considera que todo desacuerdo es traición, lo que está en riesgo no es solo la Prensa: es la Democracia misma.

Y mientras la Presidenta se repite a sí misma que aquí nadie censura a nadie, la realidad –como una mala noticia que no se puede ocultar—le responde con hechos.

Porque la Verdad, como la Libertad, no cabe en mordazas.

Así de sencillo.

ceciliogarciacruz@hotmail.com