Compartir

Por: Rosa Chávez Cárdenas

rosamchavez@hotmail.com

El consumo de sustancias psicotrópicas, ha acompañado al hombre a lo largo de la civilización, de acuerdo a la época; sustancias, naturales o de creación industrial.

Las sustancias psicotrópicas se utilizan en dos áreas; para regresar al estado de salud y, de manera recreativa para salirse de la realidad en la la búsqueda de sensaciones, experiencias y el pensamiento mágico.

En el combate al narcotráfico no vemos acciones contundentes que disminuyan el consumo y baje el índice de criminalidad. Sabemos que en la cadena productiva y destructiva están implicados los políticos, el gobierno, el poder judicial, y los empresarios en el lavado de dinero. En el negocio operan simuladamente la protección, la distribución de drogas, la derrama económica se aprovecha en otros negocios legales.

Qué paradoja, invierten en escuelas y hasta en las iglesias. El narcotráfico mueve la economía en el mundo.

El problema de la violencia en nuestro país es que es productor y distribuidor de la droga que viene de la frontera sur, a los más grandes consumidores, los norteamericanos.

El consumo de drogas y la delincuencia en nuestro país se ha incrementado de manera alarmante, inmersos en un problema delincuencial asociado a la persecución de los narcos.

Es un hecho que en estos meses del gobierno del presidente López Obrador la persecución a los narcos ha disminuido y la delincuencia en todas las áreas se ha incrementado. El gobierno norteamericano vende armas a cambio de drogas y cuando ven la descomposición social se lavan las manos y culpan a nuestro país.

El presidente Trump, no acepta responsabilidad, se queja del gobierno de México, asegura que no hace nada para disminuir la venta de drogas y “sus inocentes ciudadanos” son víctimas.

Las políticas de Trump son tan absurdas que piensa en cerrar la frontera, afirma que con la construcción del muro resolverá todos los problemas. Muchos le creen, lo más seguro es que se vuelva a reelegir. La captura de los capos no ha dado resultados, hicieron un escándalo en la captura del Chapo y el juicio mediático les costó millones de dólares, lo cual es un material que les sirve a los productores de series de narcotráfico tan de moda en Netflix.

En cuanto a los consumidores, en el abordaje psicológico vemos la complejidad de la recuperación, los adictos muestran grandes recaídas, entran y salen a las clínicas. En la mayoría de los casos no tienen profesionales que los atiendan, por lo regular son adictos en recuperación que creen que con conocer el programa de Alcohólicos Anónimos ya son expertos.

Utilizan prácticas inhumanas, perversas y de castigo. Lo que logran son perpetuarlos en la dependencia, hasta los mandan a pedir limosna con el argumento de pagar su recuperación. El presidente López Obrador acaba de presentar una campaña para prevenir el consumo de drogas; no tiene idea de la complejidad del problema. En sus palabras “es profundamente humano que acudamos a abrazarlos, sacarlos de esa tentación y conducirlos por el camino de la felicidad verdadera” ¡Todos a portarnos bien¡ El primero que necesita escuchar es el presidente y su vocero, no tienen idea lo complejo del tema de las adicciones.

Los promocionales son tan ingenuos que parecen de la secta “pare de sufrir”. Que se informen con expertos, lo que han hecho en otros países, de esta manera será dinero tirado a la basura.

 Estamos inmersos en el consumismo, hedonismo, permisividad y la cultura desechable; sociedades consumistas en búsqueda de llenar sus vacíos en lugares equivocados.