La reciente apertura del periodo legislativo en el Congreso de la Unión se vio empañada por un conflicto interno en Morena, el cual se hizo público a través de una fuerte crítica del senador Gerardo Fernández Noroña. El legislador acusó directamente a Sergio Gutiérrez Luna y Ricardo Monreal, líderes de su partido en el Congreso, de «débiles» por permitir que el priista Alejandro «Alito» Moreno tomara la palabra y lanzara fuertes señalamientos durante la sesión inaugural.
La controversia se encendió cuando «Alito» Moreno subió a la tribuna para acusar a Morena de intentar «asesinar la democracia» e instaurar una «narcodictadura comunista». Ante los gritos e interrupciones del bloque oficialista, la Mesa Directiva, presidida por Gutiérrez Luna, optó por no retirarle la palabra, decisión que encendió la furia de Fernández Noroña.
«Premiar a los reventadores»
A través de sus redes sociales, el senador Noroña expresó su indignación. «A mí no me dio la palabra Sergio Gutiérrez Luna, por sus merititos no me da la palabra, es mi compañero y no me da la palabra…», escribió, cuestionando la imparcialidad de la presidencia de la Cámara de Diputados. Para Noroña, la decisión de no silenciar a Moreno fue un «grave precedente» que premió a quienes buscaban «reventar la sesión».
Gutiérrez Luna, por su parte, defendió su actuación argumentando que «en ninguna parte del reglamento se prevé una situación atípica», y que su objetivo era mantener la serenidad y el diálogo. Sin embargo, Noroña insistió en que esta postura era una «pésima manera de conducir la asamblea» y una «muestra de debilidad» ante las provocaciones de la oposición.
Acuerdos «contrarios al decoro»
En una transmisión en vivo, Fernández Noroña elevó el tono de sus críticas, acusando a Gutiérrez Luna de buscar «acuerdos extraños» con el PRI. Cuestionó la capacidad de liderazgo de sus compañeros y afirmó que habían permitido un acto «vergonzosísimo, gravísimo» al no tomar una postura más firme contra los señalamientos de la oposición.
Noroña remarcó que, cuando Morena era oposición, nunca recurrieron a tácticas de ese tipo. La tensión entre los legisladores oficialistas resalta una fractura en el partido, mientras que el PRI y otros partidos de la oposición celebran haber logrado, al menos en la percepción de algunos, poner en evidencia la falta de un liderazgo más contundente en la bancada oficialista.
DIARIO DE MÉXICO