La subasta de la villa romana de los príncipes Boncompagni Ludovisi , con el único mural de Caravaggio, fue declarada desierta, informó este martes a la AFP el notario encargado.
«Nadie participó en la subasta», aseguró Camilo Verde, quien precisó que la próxima subasta tendrá lugar el 7 de abril y partirá de un valor reducido en cerca de un 20%.
La villa es ofertada por orden judicial debido a una disputa por la herencia que enfrentó a los herederos de una de las familias aristocráticas de Roma contra su madrastra, una princesa nacida en Texas.
La princesa Rita Jenrett Boncompagni Ludovisi, anteriormente conocida como Rita Carpenter, se despertó el martes en la Casa dell’Aurora rodeada de sus perros en lo que podría ser el último día en que su hogar de casi dos décadas sea realmente suyo.
Una subasta en línea organizada por el tribunal de Roma comenzó a las 3 de la tarde y terminó poco después sin comprador. La oferta inicial se fijó en 353 millones de euros (400 millones de dólares) y a la villa junto a la famosa Via Veneto se le asignó un valor de tasación judicial de 471 millones de euros (533 millones de dólares).
“Ha sido emotivo desde que recibí el aviso del juez el 2 de septiembre. Casi no he dormido”, dijo Boncompagni Ludovisi a The Associated Press unas horas antes de que comenzara la subasta. “Es como pasar por las etapas del duelo… Estás enojado al principio, y luego no puedes creerlo, y finalmente llegas a un punto en que lo aceptas”.
La casa, construida en 1570, pertenece a la familia Ludovisi desde principios del siglo XVII. Tras la muerte del príncipe Nicolo Boncompagni Ludovisi en 2018, pasó a ser objeto de una disputa por la herencia entre los hijos de su primer matrimonio y su tercera esposa, la princesa Rita, nacida en San Antonio.
Con un precio tan astronómico, era muy posible que nadie haciera una oferta por la propiedad. Boncompagni Ludovisi dijo que los posibles compradores habían venido a verla en las últimas semanas. No puede revelar sus identidades, y puede que el nuevo propietario, si surge uno, no se conozca hasta una fecha posterior.
Sin ofertas ganadoras en la primera ronda, la villa se subastará dos veces más a precios más bajos, y el Ministerio de Cultura italiano puede intentar igualar la oferta más alta en cualquier etapa dado el valor de la propiedad como parte del patrimonio cultural de Italia. La próxima ronda está programada para el 7 de abril.
Una petición lanzada por la página change.org ha recaudado más de 35 mil firmas para pedir que el Estado intervenga. Los firmantes piden que Italia ejerza su derecho de compra y conviertan el lugar en un museo y centro cultural.
Según la ley italiana, el gobierno puede ejercer su derecho sólo después de que haya sido efectivamente adquirida por un particular, dentro de un plazo de 60 días de la conclusión de la venta y ofreciendo el mismo precio de compra.
Un mural de Caravaggio para decorar un taller de alquimia
La villa, también conocida como Villa Ludovisi, es uno de los 42 lotes que se subastan el martes por orden judicial. Pero Villa Aurora es, con mucho, la más prestigiosa y cara, en gran parte gracias al Caravaggio que adorna una pequeña habitación al final de una escalera de caracol en el segundo piso.
Fue comisionado en 1597 por un diplomático y mecenas de las artes que pidió al entonces joven pintor que decorara el techo de la pequeña habitación utilizada como taller de alquimia. El mural de 2,75 metros (9 pies) de ancho, que representa a Júpiter, Plutón y Neptuno, es inusual: no es un fresco, sino un óleo sobre yeso, y representa el único mural de techo que se sabe que hizo Caravaggio.
“Probablemente sea la primera obra de Caravaggio que conocemos, así que históricamente es un hito”, dijo Claudio Strinati, historiador del arte y experto en Caravaggio. “Y luego, en sí mismo, es una hermosa pieza sobre un tema mitológico, lo cual es raro en el arte de Caravaggio porque en su mayoría trató temas sagrados”.
“Así que es una pintura de verdadera importancia artística e histórica, y de gran belleza”, dijo.
«Un viaje de amor estar aquí”, afirma la princesa
El anuncio en el sitio de subastas del tribunal de Roma destaca el Caravaggio entre otros atributos de la casa, pero señala que la villa requerirá renovaciones por un estimado de 11 millones de euros (12,5 millones de dólares) para cumplir con los estándares de construcción actuales.
La “propiedad monumental” en seis niveles se encuentra “entre las bellezas arquitectónicas y paisajísticas más prestigiosas de la Roma anterior a la unificación”, con tres garajes, dos terrazas en la azotea y un “espléndido jardín con esencias arbóreas y árboles altos, caminos peatonales, escaleras y áreas de descanso”, dice el anuncio.
“Siempre quise convertirla en un museo, en realidad, pero eso no va a suceder, supongo”, dijo Boncompagni Ludovisi el martes mientras llevaba a los visitantes a recorrer la casa. “Así que mi esperanza es que quien la compre la trate con el mismo cuidado y amor que mi esposo y yo”.
La princesa estadounidense, que anteriormente estuvo casada con el exrepresentante estadounidense John Jenrette Jr. de Carolina del Sur, se casó con Boncompagni Ludovisi en 2009. En ese momento, la villa se había deteriorado y su esposo solo la usaba como oficina.
Juntos, trataron de renovarla lo mejor que pudieron, dentro de sus posibilidades. Abrieron la casa a visitantes estudiantes y grupos de turistas y organizaron cenas para generar ingresos y, gracias a la financiación de la Universidad de Rutgers, ayudaron a organizar la digitalización de los archivos de Boncompagni Ludovisi.
Boncompagni Ludovisi no sabe qué vendrá después. Sin comprador de inmediato, podrá pasar más tiempo en la villa, pero asume que eventualmente tendrá que mudarse. Ha buscado propiedades para alquilar o comprar cerca, aunque piensa que, si se queda en Roma, “¿no será doloroso conducir hasta aquí y ver a otro viviendo aquí?”.
Espera conocer a los nuevos propietarios, darles un recorrido y enseñarles algo de su historia con la esperanza de que mantengan la casa abierta para que el público la disfrute. Sin embargo, sabe que una vez que se venda, no tendrá voz ni voto sobre si se convierte en un hotel de 5 estrellas, una embajada o algo completamente distinto.
“Fue realmente un privilegio vivir aquí. Una gran responsabilidad, pero un privilegio y un viaje de amor estar aquí”, dijo. “Incluso cuando todas las tuberías estallarían”.