x…..La Onza de Plata “Libertad”: su origen y su futuro
x…..El Congreso podría darle enorme regalo a los mexicanos
Por: Hugo Salinas Price
plata@plata.com.mx
ORIGEN
Don José López Portillo, Presidente de México, inició su mandato en 1976 y en 1981 ordenó la creación de una moneda de plata pura, la «Onza Libertad», cuyo peso sería de 31.1 gramos, el peso de una Onza Troy, y que no llevaría grabado un valor monetario.
Su propósito fue proporcionar a los mexicanos un instrumento monetario sólido y tradicional, que gozaría de una cotización monetaria oficial que determinaría diariamente Banco de México.
Lamentablemente, a pocos meses de su existencia como dinero con una cotización monetaria legal, tuvo que abandonarse su cotización monetaria. Esto, debido que Banco de México emitía cotizaciones diarias basadas en el precio internacional de la plata, mismo que variaba con incrementos o decrementos día con día, lo cual dio pie a conflictos legales entre negocios, en cuyos contratos figuraba la Onza Libertad como materia contractual.
Sin embargo, desde su creación y hasta la fecha, Banco de México ha proseguido con la acuñación de la Onza Libertad, cuyo valor fluctúa diariamente; los ahorradores mexicanos han atesorado, con el pasar de los años, más o menos 25 millones de onzas, que siguen en su posesión como un ahorro que da alguna protección contra la depreciación del peso mexicano, causada por el aumento diario del monto circulante de billetes y dígitos monetarios mexicanos.
Los ahorradores conservan estos 25 millones de monedas, no obstante el inconveniente que presenta su posesión, que consiste en la importante diferencia entre los precios que se pagan cuando se quiere comprarlas, y los precios que se reciben cuando se quieren vender, a cambio de billetes o dígitos monetarios.
FUTURO
La bien intencionada monetización -su conversión en dinero, que el Presidente López Portillo intentó darle a la Onza Libertad- falló porque no tomó en cuenta que el valor monetario de una moneda metálica, que vale por su contenido de plata, no puede basarse en precios fluctuantes de mercado, sino que tiene que efectuarse por medio de una cotización oficial superior al precio de mercado del metal precioso en bruto; y que esta cotización tiene que mantenerse firme contra fluctuaciones en los precios diarios del metal precioso, la plata.
(Una anécdota personal: alrededor del año 2003, tuve el honor y el placer de convivir con Don José López Portillo, ya ex- Presidente, en una comida en la cual fue mi invitado de honor; la reunión se efectuó en el antiguo restaurant «Champs Elysées», situado en aquel entonces en la Avenida Reforma de la Ciudad de México. En esa ocasión, tuve la oportunidad de explicar a Don José, la razón por la cual había fracasado, tristemente, su intento de dotar a la Nación Mexicana, con una moneda de plata monetizada -la misma razón que aparece en el párrafo anterior de este artículo- así como la forma en que este intento hubiera resultado exitoso.
Uno de los asistentes a esa comida, gran amigo del ex-Presidente, el Lic. Humberto Hernández Haddad, me comentó posteriormente, que al salir de la comida acompañando a Don José López Portillo, éste le había dicho: «¿Dónde estaba Salinas Price, cuando quise monetizar la onza Libertad?»).
Por ello, con el objetivo de subsanar aquella deficiencia, ahora se estipula que el valor monetario de una Onza Libertad, convertida en dinero, no bajaría con bajas en el precio de la plata en lingote; su valor monetario sólo subiría en caso de un alza en el precio de la plata, que fuese suficiente para reducir su señoreaje.
El «señoreaje» es la utilidad que percibe el Banco de México, al asignarle un valor monetario a la moneda de plata; en el caso actual, sería de 20%. El “señoreaje” estará protegido contra fluctuaciones menores en el precio de la plata, por un «colchón» que consistirá en la elevación de la cotización monetaria que rindiera el 20% de “señoreaje”, al múltiplo más cercano de $20 pesos.
UN MAGNÍFICO REGALO QUE NO CUESTA UN CENTAVO.
La monetización de la onza «Libertad» – la realización de la magnífica y humanista medida que propuso nada menos que el Presidente de México, Don José López Portillo en 1981 – traería innumerables benéficas e históricas consecuencias para nuestro país, que ya hemos mencionado con anterioridad.
Pero se daría una consecuencia de excepcional importancia: para con el Congreso de la Unión, el profundo agradecimiento de millones de mexicanos, que han ahorrado estas monedas desde 1981 y que siguen comprándolas hoy en día, sin que sean dinero.
De un día para otro el valor monetizado de la Onza de Plata, al día de hoy, sería de: $420 pesos, pudiendo subir indefinidamente su valor monetario, pero jamás disminuir.
El Congreso Mexicano tiene la facultad plena para hacer este magnífico regalo al pueblo mexicano, y con él conquistar el agradecimiento y la aprobación política de millones de conciudadanos, con las siguientes ventajas:
1. Atribuir una cotización monetaria a la Onzas «Libertad» en poder del público, no le cuesta un centavo ni al Fisco mexicano, ni a Banco de México.
2. Todas y cada una de los millones de Onzas «Libertad» que ha ahorrado el pueblo mexicano desde 1981, instantáneamente se convierten cada una, en dinero (éste sí, «contante y sonante») por valor de $420 pesos, bajo las condiciones que hoy imperan. La cifra exacta respecto al número de Onzas en poder del público mexicano, no se puede determinar con precisión, pero es conservadora la cifra de 25 millones de Onzas.
Un regalo de parte del Congreso, al pueblo mexicano, por valor de $420 pesos x 25 millones de onzas «Libertad» en poder del público, equivaldría a $10 mil 500 millones de pesos.
3. No se darán consecuencias inflacionarias funestas, como se darían en el caso de regalar pesos mexicanos de papel, o digitales, por una suma semejante, porque todas y cada una de esas Onzas permanecerán en los ahorros de la población: podrán cambiar de manos, pero siempre irán a dar al ahorro. Esto lo asegura en forma contundente, la famosa «Ley de Gresham».
El Congreso Mexicano tiene la palabra….