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El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) reconoció que si bien las finanzas públicas durante 2019 tuvieron buenos resultados, esto se logró recurriendo a mecanismos transitorios como lo fue el Fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP) que de mantenerse implican serios riesgos para la economía en adelante.

En su análisis financiero semanal, el CEESP expuso los resultados del Informe sobre la Situación Económica, las Finanzas Públicas y la Deuda Pública al Cuarto Trimestre de 2019, que dio a conocer la Secretaria de Hacienda.

En él se aprecian resultados favorables como un superávit de 1.1 por ciento en relación con el Producto Interno Bruto (PIB), una décima de punto porcentual por arriba de la estimación prevista en el presupuesto y prácticamente el doble de lo reportado en 2018 que fue de 0.6 por ciento.

Detalló que el resultado primario positivo o superavitario genera un entorno de confianza en los mercados acerca de la salud y fortaleza de las finanzas públicas, favoreciendo la certidumbre. Pues, cuando hay superávit primario, su monto alcanza para reducir las necesidades de financiamiento y la deuda puede reducirse.

Sin embargo, el Centro de Estudios cuestiona “el origen del superávit para apreciar su sostenibilidad en el mediano y largo plazos”.

Durante el ejercicio fiscal 2019 se combinaron el uso de recursos no recurrentes y una reducción del gasto no programable para cubrir el faltante de ingresos, consecuencia de su sobrestimación de origen, que se dio porque el crecimiento del PIB que se previó y en el que se basó el presupuesto de ese año fue de 2 por ciento, pero fue de menos 0.1 por ciento, de acuerdo a las cifras preliminares.

Y como la recaudación tributaria está inexorablemente ligada al crecimiento del producto, los ingresos fueron sustancialmente menores a los proyectados, indicó el CEESP.

Ante ello, “el gobierno decidió tomar medidas para proteger el superávit primario proyectado, bajo el discurso de austeridad republicana”, y ello implicó un mayor esfuerzo recaudatorio por parte de las autoridades, añadió.

No obstante, señaló que el debilitamiento de la actividad económica del país incidió negativamente en la recaudación tributaria, especialmente del Impuesto Sobre la Renta, (ISR) y del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que reflejan la dinámica de los ingresos y gastos de las empresas y familias del país y su capacidad de consumo.

Explicó que al cierre del 2019, los ingresos presupuestales sumaron cinco billones 384.3 mil millones de pesos, cifra 86.1 mil millones de pesos superior a la programada para todo el año y 1.6 por ciento real por arriba a la observada durante 2018. Este resultado se presentó como favorable y quizá generó señales de fortaleza de las finanzas públicas.

El CEESP consideró que para llegar a dicho resultado se utilizaron 125 mil millones de pesos del FEIP para cubrir el faltante y cumplir con las prioridades gubernamentales de gasto. Debido a la operación del Fondo registrada en el rubro de aprovechamientos, los ingresos no tributarios aumentaron 34 por ciento y fueron la principal fuente de recursos del sector público.

Apuntó entonces que la debilidad de las fuentes de ingresos se tuvo que compensar con recursos del FEIP, que es una fuente no recurrente, cuando el objetivo principal debería ser fortalecer los ingresos a través de un gasto que estimule el crecimiento y por ende una mayor recaudación.

Además, refirió que, en materia de gasto, la tendencia fue a rubros asistenciales y proyectos de inversión sin una rentabilidad probada, mediante el sacrificio del gasto de inversión y en áreas cruciales para el crecimiento como infraestructura, Ciencia y Tecnología y Salud.

Lo que resulta preocupante, según el CEESP es que el presupuesto para este año se basa en proyecciones poco realistas de los ingresos tributarios y en ingresos petroleros y además continua la represión de gastos en rubros que pueden resultar en daños significativos para el país y por ello corren el riesgo de no ser sostenibles.

“El FEIP todavía cuenta con recursos de significativos (158.5 mil millones de pesos) que podrá ser utilizado para cubrir la brecha de ingresos que se anticipa. Mientras este mecanismo es válido legalmente, representa una práctica poco sana desde el punto de vista económico, ya que se el fondo de estabilización se utilizará para cubrir un faltante deliberado, más que un riesgo inesperado, que es lo que normalmente (y correctamente) buscan estos fondos” comento.

En la opinión del CEESP, es “necesario contar con una estrategia clara para proveer a las finanzas públicas de una salud no sólo transitoria sino permanente, que sea compatible con el crecimiento del país”.

FUENTE: NOTIMEX, CANDELERO, 09-02-2020