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Este Fin de Año 2021 crea un espacio para que las cosas nuevas lleguen a tu vida.

Dominique Loreau en su libro “El Arte de Simplificar la Vida”, de editorial “Urano”, comenta:

“Nuestras sociedades occidentales con posibilidades económicas NO han aprendido a vivir con sencillez. Tienen demasiados bienes materiales, demasiadas opciones, demasiadas tentaciones, demasiados alimentos.

Todo se malgasta, todo se destruye. Usan cubiertos, bolígrafos, encendedores, máquinas fotográficas desechables, cuya fabricación contamina las aguas, el aire y, por tanto, perjudica a nuestra Madre Tierra”.

Con tales referencias, pensemos y planeemos en el 2022 renunciar a ese monstruoso despilfarro o de lo contrario en forma obligada y dramática tendremos que renunciar a un futuro amable de vida, porque será de desolación y muerte.

También estamos obligados a ver nuevas perspectivas en funciones esenciales como vestirse, comer, dormir y daremos cuenta de cómo cobran una dimensión distinta y mucho más profunda.

La opulencia no aporta ni gracia ni elegancia. Encarcela el alma y la destruye. En cambio la sencillez resuelve muchos problemas.

Dejemos pues de poseer demasiadas cosas, optamos por dedicar más tiempo a nuestro espíritu para acceder a una mejor existencia en beneficio de todos y para ello averigüemos primero cómo caminamos por la vida.

¿Tienes el hábito de juntar objetos inútiles creyendo que un día (no sabes cuándo) podrás precisar de ellos?

¿Tienes el hábito de juntar dinero para ahorrarlo, no gastarlo, pues piensas que en el futuro podrá hacer falta?

¿Tienes el hábito de guardar ropa, juguetes, zapatos, muebles, utensilios domésticos, otras cosas que ya no usas hace bastante tiempo?

¿Y dentro de ti?: ¿Tienes el hábito de guardar lo que sientes, odios, resentimientos, tristezas, miedos, personas, etc.?

Ahora con honestidad busquemos repuesta y es posible que lleguemos a las siguientes conclusiones:

Es preciso eliminar lo inútil de la vida, para que la prosperidad venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que se desea.

Mientras estemos material o emocionalmente cargados de cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. Los bienes precisan circular.

Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar y con esa postura nos enviamos demoledor mensaje para el cerebro y como consecuencia para nuestra vida.

La opulencia no aporta gracia ni elegancia. encarcela el alma y la destruye.

taca.campos@gmail.com