(La opulencia no aporta gracia ni elegancia,encarcela el alma y la destruye).

Dominique Loreau en su libro “El Arte de Simplificar la Vida”, de editorial “Urano”, comenta:

“En nuestras  sociedades occidentales nadie sabe vivir con sencillez. Tenemos demasiados bienes materiales, demasiadas opciones, demasiadas tentaciones, demasiados alimentos.

Todo se malgasta, todo se destruye. Usamos cubiertos, bolígrafos, encendedores, máquinas fotográficas desechables, cuya fabricación contamina las aguas, el aire y, por tanto, perjudica a nuestra Madre Tierra.

Renunciemos hoy mismo a ese despilfarro, o en forma obligada y dramática tendremos  que renunciar en un futuro.

Estamos obligados a  ver nuevas perspectivas en funciones esenciales como vestirse, comer, dormir y nos daremos cuenta de cómo cobran una dimensión distinta y mucho más profunda.

La opulencia no aporta ni gracia ni elegancia. Encarcela el alma y la destruye. En cambio la sencillez resuelve muchos problemas.

Deja de poseer demasiadas cosas: tendrás más tiempo que dedicar a tu cuerpo. Y una  vez que te encuentres a gusto con tu cuerpo, podrás olvidarte de él y cultivar el espíritu, con lo que se accederás a una existencia con más sentido y serás feliz.

Averigüemos cómo caminamos por la vida.

¿Tienes el hábito de juntar objetos inútiles creyendo que un día (no sabes cuándo) podrás precisar de ellos?

¿Tienes el hábito de juntar dinero para ahorrarlo, no gastarlo, pues piensas que en el futuro podrá hacer falta?

¿Tienes el hábito de guardar ropa, juguetes, zapatos, muebles, utensilios domésticos,  otras cosas que ya no usas hace bastante tiempo?

¿Y dentro de ti?: ¿Tienes el hábito de guardar lo que sientes, odios, resentimientos, tristezas, miedos, personas, etc.?

¡No hagas esto! es anti-prosperidad.

En este Otoño crea un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a tu vida.

Es preciso eliminar lo inútil en tu vida, para que la prosperidad venga. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que tú deseas.

Mientras estés material o emocionalmente cargado de cosas viejas e inútiles, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. Los bienes precisan circular…

Limpia  cajones, armarios, tu cuarto, el garaje, de lo que ya no usas. La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra tu vida, la estanca.

Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar y tú no tendrás medios de proveer tus necesidades. Con esa postura envías dos demoledores mensajes para tu cerebro y para tu vida.

taca.campos@gmail.com

                     Rosa María Campos

OCHO  Regalos.

Una vieja amiga, no por edad, sino por los años que tengo de conocerla me dio  ocho regalos, con una nota conmovedora:

Los amigos son raras joyas, que  siempre nos  abren  su corazón. Te pueden hacer enojar pero te escuchan y alientan.

 Me encantó recibir sus regalos que por cierto cuestan nada, pero valen todo. Hoy  recíbalos usted de parte, de CANDELERO  para que usted tambien  los obsequie a sus  amigos y continuemos con la cadena.

 LOS REGALOS 

 1-El regalo de escuchar.  Escuchar, sin interrumpir, bostezar, o criticar. Sólo escuchar.     

2.- El regalo del cariño.  Ser generoso con besos, abrazos, palmadas en la espalda y apretones de manos; estas pequeñas acciones demuestra el cariño por tu familia y amigos.       

3.- El regalo de la sonrisa.  Llena tu vida de imágenes con sonrisas, dibujos, caricaturas y tu regalo dirá: «me gusta reír contigo»   

4.- El regalo de las notas escritas. Esto puede ser un simple «gracias por ayudarme». Un detalle como este puede ser recordado de por vida.     

5.- El regalo de un cumplido. Un simple y sincero «te ves muy bien  de rojo», «has hecho un gran trabajo» o «fue una estupenda comida» puede hacer especial un día, de cualquier persona…    

6.- El regalo del favor. Todos los días procura hacer un favor.    

7.- El regalo de la soledad. Hay días que no hay nada mejor que estar solo. Sé sensible a  ese estado de ánimo,  da este regalo o solicítalo a los demás.    

8.- El regalo de la disposición a la gratitud.  La forma más fácil de hacer sentir bien a las personas  es decirle cosas que no son difíciles de decir como «Hola», «Muchas Gracias».