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Un trastorno o enfermedad psicosomática recurrente, se puede comprobar medicamente en el organismo con estudios clínicos, pero la causa tiene que ver con elementos psíquicos o mentales, emociones no resueltas.

Los síntomas psicosomáticos son el resultado de los procesos mentales, éstos tienen un efecto directo, concreto en algún lugar del organismo.

Las causas son variadas: ansiedad, frustración, conflictos familiares, laborales, de pareja que afectan a los hijos.

Los daños son provocados por la liberación de Adrenalina y Cortisol, las hormonas del estrés.

Existen diferencias entre los trastornos

psicosomáticos y los trastornos somatomorfos.

En los trastornos psicosomáticos hay un daño orgánico, una enfermedad física real que se puede confirmar en estudios clínicos.

En los trastornos somatomorfos, el afectado sufre una serie de síntomas que no se confirman por estudios clínicos o daño en los órganos o tejidos.

En ambos casos el problema está causado o potenciado por uno o varios fenómenos psíquicos.

Doña Mary acudía a los grupos de adultos mayores, con dificultad caminaba, estaba ciega, me comentaron que ya la habían revisado varios médicos y un psiquiatra. Era evidente que Mary no quería ver, su marido alcohólico la golpeaba y su hijo estaba en la cárcel por narcomenudista, del dolor “no quería ver”.

Las visitas frecuentes de los niños al médico, especialmente al pediatra, con problemas digestivos, asma, alergias, infección de garganta, etc., se convierten en clientes cautivos. Les prescriben antibiótico de manera frecuente de manera que arrasan con su microbiota, es decir con sus defensas.

El médico no pregunta si el niño sufre angustia, miedos, maltrato, el biomédico atiende el síntoma no la causa psíquica.

El problema no es por contagio, infección o por herencia. La preparación biomédica no incluye otras causas como el sistema familiar, los conflictos de pareja, las emociones del niño y el lenguaje no verbal. El síntoma es la expresión de lo que la mente no puede identificar y para evitar una saturación y no afectar la parte psíquica lo expresa de manera orgánica.

En el caso de las enfermedades psicosomáticas es importante el contexto familiar, el dato biológico no basta para dar la razón de toda la realidad del fenómeno, no explica el Asma de Lupita, la Enuresis de Paco, la Diabetes de la pequeña Lety, la Cetoacidosis de Karla, las Alergias de Leo y hasta el Vitíligo de Omar y la Anorexia y Bulimia de Mary.  No basta con que los papás vivan en la misma casa y se la pasen discutiendo delante de sus hijos, si están divorciados, el síntoma del hijo acerca al padre que se siente culpable. El niño se convierte en el foco de atención.

Luly está muy enojada con su papá, un médico muy reconocido, además muy galán, se la pasa en el gimnasio y mirándose al espejo. A la hora de la comida critica a su hija, “mira que gorda estás pareces un cerdo” la madre la obliga a comer, pero en cuanto se levantan de la mesa va al baño a vomitar. Resulta simbólico que Luly vomite las ganas de reclamarle al padre por no aceptarla. El síntoma de conducta adquiere un valor, el fenómeno corporal se enriquece con lo emocional.

Es necesario ampliar el campo de observación con los que padecen trastornos psicosomáticos la familia forma parte de un sistema en varias áreas: biológico, psicológico, social, emocional y espiritual.

Hugo no puede dormir por las noches, se la pasa rezando, dice que cuida a la familia, al pendiente de cualquier ruido. Fui muy analítica para descifrar las razones de que no duerma. Cuando nació su madre fue declarada muerta, como milagro después de unas horas dio señales de vida, pero toda la familia padece ansiedad. Al llegar la noche a Hugo le entran los miedos, toda la noche permanecen las luces prendidas, como un guardia mantiene en alerta la alarma en el cerebro. La señora Lucha padece depresión, peregrina de médico en médico, le han practicado infinidad de estudios clínicos, cada especialista le da su receta con medicamentos, pero ninguno la convence, le han comentado que necesita un psiquiatra y una psicóloga, pero ella se niega. Detrás de su búsqueda hay ganancia secundaria, con sus síntomas gana atención y se libera de tareas cotidianas: no maneja, no hace la comida ni los quehaceres de la casa.

rosamchavez@hotmail.com

Twitter X @DrRosaCh