Por: Jorge Herrera Valenzuela
Ráfaga
(México nos necesita unidos a TO2, es prioritario).
De ninguna manera podemos justificar las fallas en el desempeño de una misión pública o privada, es decir dentro o fuera del gobierno, argumentando ahorros u órdenes de aplicar la austeridad.
Y menos cuando se cumple con un servicio que es indispensable para la movilización, el desplazamiento, de millones de personas en una Ciudad Capital y sus alrededores, como es el caso de la CDMX.
Suplir, en parte, la participación privada en el área de la transportación colectiva, no es nada sencillo y menos cuando se pone en manos de personas inexpertas.
Estoy convencido de las buenas políticas públicas aplicadas por la doctora Claudia Sheinbaum Pardo, jefa del Gobierno capitalino. Pero los obstáculos se los ponen desde fuera, como es el caso de mano dura en la batalla contra los irresponsables que hacen crecer el riesgo de contagios del virus COVID 19, a no permanecer en su casas ni guardar las medidas sanitarias, como en cuanto a dejar que una sola persona se convierta en “todóloga” para tareas de administración y de mantenimiento técnico.
Por supuesto que el comentario está referido concretamente al incendio que se produjo en el Puesto Central de Control 1 del Sistema Transporte Colectivo, el Metro, provocado por un cortocircuito que afectó directamente a tres transformadores, causando la inmediata interrupción de los convoyes de las líneas 1, 2, 3, 4, 5, y 6 del Metro. Primera vez que eso ocurre en los más de 50 años que funciona el STC.
Eran las 5:48 horas del pasado sábado 9 y bomberos acudieron a sofocar las llamas en el edificio ubicado en la calle Delicias, atrás de las instalaciones y estudios de la XEW, de Ayuntamiento 52, cerca del Mercado de San Juan, en la Ciudad de México. Una mujer de la Policía Industrial perdió la vida al caer del quinto piso, al parecer accidentalmente. Treinta y dos personas más fueron atendidas por los paramédicos, entre los lesionados estaban dos bomberos. Se informó que ya estaban en servicio empleadas y empleados.
DIRECTORA TODÓLOGA
La directora general del Sistema de Transporte Colectivo, Metro, es Florencia Serranía Soto. Leí que estudió en la Facultad de Ingeniería, UNAM, y se doctoró en una universidad de Londres. En el gobierno del D.F. colaboró en el mismo cargo (directora del STC), cuando el actual Presidente de la República desempeñaba su primer cargo de elección popular. En marzo del año pasado, antes de golpearnos la pandemia, hubo choque de trenes en la Estación Tacubaya. Por eso, dicen “los enterados”, renunció el subdirector de Mantenimiento.
En la Sección Ciudad, del diario Reforma, el domingo 10 se “cabeceó”, en primera plana: “Asumió titular del STC área de Mantenimiento”. Se publicó que la doctora Serranía Soto desde marzo se autonombró o se autodesignó encargada de la Subdirección de Mantenimiento, por renuncia del titular y el diputado local Federico Doring “recordó que en la última comparecencia de la directora del Metro ante el Congreso Capitalino, Florencia Serranía, aseguró que había dejado vacante la Subdirección de Mantenimiento para encargarse ella misma de la materia”.
En la misma nota periodística leí: “Yo soy la directora general de Mantenimiento. El Metro tiene tantos problemas que decidí este año tomar esta posición doble para poder instrumentar integralmente lo que requiere el Metro y dejar de escuchar quién es responsable, respondió Serranía”. Agregando que la funcionaria expresó que el Metro es una empresa con un grande (sic) obsolescencia, muy grande porque estaba basado en su creación de hace 50 años”.
No es concebible que la jefa Sheinbaum Pardo haya autorizado “el doblete” de doña Florencia, pues su función de directora del más importante medio de transporte colectivo de pasajeros en la Capital del País, no le permite abarcar la “todología”.
Millones de usuarios resultan perjudicados, lo que implica, además, pérdidas económicas para esos mismos ciudadanos y para el STC. Las líneas 4, 5 y 6 reanudaron este martes 12 el servicio a las 5 de la mañana. No así las de mayor número de pasajeros, las líneas 1, 2 y 3. La primera de Taxqueña a Cuatro Caminos, la segunda de Pantitlán a Tacubaya y la tercera de Indios Verdes a Ciudad Universitaria. Por supuesto doña Florencia no viaja en Metro.
Así que los usuarios de las líneas 4, 5 y 6 dejarán de sufrir. La 4 va de Martín Carrera a Santa Anita o sea de Gustavo A. Madero a Iztacalco; mientras que la 5 beneficia a quienes viajan del Politécnico a Pantitlán, de Norponiente a Oriente de la Ciudad y la ruta Martín Carrera-El Rosario abarca la línea 6, de Gustavo a Madero a Azcapotzalco.
La doctora Serranía por andar en tareas de mantenimiento, desde hace 10 meses, se olvida de los múltiples problemas que hay en la 195 estaciones: relojes descompuestos, escaleras eléctricas frecuentemente fuera de servicio en perjuicio de la Tercera Edad y los discapacitados. Los asaltos, los robos en los vagones, la prostitución de mujeres y hombres. Difícil sí, aprehender a los que rayan los vidrios de puertas y ventanas, a los que pintarrajean con aerosol el interior de vagones.
No será extraño que doña Florencia repite en el cargo, gracias a su amistad con el huésped de Palacio Nacional y tal vez por eso continúe trabajando como directora general y subdirectora de Mantenimiento del Sistema de Transporte Colectivo, Metro.
CULPABLES NO, IRRESPONSABLES SÍ
Oficialmente se ha manifestado que no hay responsables del incendio en las oficinas del Metro y que el gobierno federal no negó presupuesto para el mantenimiento de todo el Sistema de Transporte Colectivo. Desde un principio la jefa Claudia Sheinbaum afirmó que no hubo sabotaje y que se ordenaron los peritajes necesarios para establecer lo que originó el cortocircuito que afectó a los transformadores.
En Palacio Nacional la declaración de que está autorizado el presupuesto para que se dé mantenimiento permanente al Metro, se dio a conocer en una “mañanera”. Lo que debe precisarse es por qué las fallas en esa área, independientemente del criterio de la doctora Serranía Soto, de convertirse ella en “directora general de mantenimiento”.
De acuerdo. No hay culpables, pero sí hay irresponsables. Eso no lo pueden negar las autoridades. La simple renuncia de la titular del Metro o su cese, no remedian nada. Reitero que doña Florencia está repitiendo en el cargo, lo que agrava más su responsabilidad, por contar con la amistad presidencial.
PREGUNTA PARA MEDITAR:
¿Cuál es, a dos años de distancia, el programa de mantenimiento del Puesto Central de Control y cuándo fue la última vez que se revisaron los transformadores y demás instalaciones eléctricas?
jherrerav@live.com.mx