En las nubes…

Carlos Ravelo Galindo, afirma:

Los homenajes, los reconocimientos, las loas deben ser en vida, hermano. En vida.

A todos los fallecidos, buenos, malos. Héroes o traidores. Ángeles o demonios, les vale que hablen bien o mal de ellos. Yo son cenizas o huesos putrefactos.

Y a sus deudos, también. Dejémoslos descansar, en paz.

Nuestro devoto lector y corrector de estilo, que no deja pasar la oportunidad de apuntalar escritos, don José Antonio Aspiros Villagómez, recuerda:

“Estimado amigo: se explica en los primeros párrafos de tus Nubes de hoy, a qué se refiere el título.

“Hace unos días envié a nuestro presidente José Luis Uribe Ortega el siguiente poema de una poeta tamaulipeca, para apuntalar la propuesta de Norma Vázquez Alanís, mi esposa, de que los homenajes en el Club Primera Plana sean en vida.

Y no post mortem como en el caso de Octavio Raziel.

En vida, hermano, en vida

Si quieres hacer feliz

a alguien que quieras mucho…

díselo hoy, sé muy bueno

en vida, hermano, en vida…

 No esperes a que se mueran

sí deseas dar una flor

mándalas hoy con amor

en vida, hermano, en vida…

Si deseas decir “te quiero”

a la gente de tu casa

al amigo cerca o lejos

en vida, hermano, en vida…

No esperes a que se muera

la gente para quererla

y hacerle sentir tu afecto

en vida, hermano, en vida…

Tú serás muy venturoso

sí aprendes a hacer felices,

a todos los que conozcas

en vida, hermano, en vida…

Nunca visites panteones,

ni llenes tumbas de flores,

llena de amor corazones,

en vida, hermano, en vida…

(Es de Ana María Rabatté y Cervi. Tampico, Tam. 1933-2010)

Nosotros añadiríamos un recuerdo de dos compositores mexicanos y nos atrevemos a repetir la inspiración de Manuel Esperón y Ernesto Cortázar:

No volveré

Cuando lejos me encuentre de ti,

cuando quieras que esté yo contigo

no hallarás ni un recuerdo de mí,

ni tendrás más amores conmigo.

Te lo juro que no volveré,

aunque me haga pedazos la vida,

sí una vez con locura te amé

ya de mi alma estas despedida.

No volveré,

te lo juro por Dios que me mira,

te lo digo llorando de rabia:

¡no volveré!

No pararé

hasta ver que mi llanto ha formado

un arroyo de olvido anegado

donde yo tu recuerdo ahogaré.

Fuimos nubes que el viento apartó,

fuimos piedras que siempre chocaron,

gotas de agua que el sol resecó,

borracheras que no terminamos.

En el tren de la ausencia me voy,

mi boleto no tiene regreso,

lo que tengas de mí te lo doy,

pero no te devuelvo tus besos.

No volveré

Te lo juro por Dios que me mira

Te lo digo llorando de rabia

No volveré……

No pararé,

Hasta ver que mi llanto ha formado

Un arroyo de olvido anegado

Donde yo tu recuerdo ahogaré……

craveloygalindo@gmail.com