Hola, buen sábado y mejor domingo.
Reciban un afectuoso saludo en este día tan caluroso como los anteriores y los que siguen.
Trataré que nuestra vida sea placentera familiar y socialmente, pese a las infelices ocurrencias que surgen en Palacio Nacional.
Cada día está peor la situación. Lo increíble, hasta cierto punto, es que el Presidente de México defiende a los delincuentes como desde el 1 de diciembre de 2018 protege a los narcos, con su ridícula ocurrencia de «Abrazos no balazos».
Ni los delincuentes organizados, los no organizados y los narcos, entienden que «son seres humanos» y, entonces, por eso matan a hombres, mujeres y niños, «porque seguramente no son seres humanos».
El tabasqueño ha enloquecido al grado de que quiere ser el líder de los países que nos repudian al decirles que «somos el hermano mayor» y el huésped que no paga renta del «departamentito modesto» que tiene en Palacio Nacional, arrogantemente, se enfrenta a los «antidemocráticos» norteamericanos; no le llega ni a los talones a Simón Bolívar, pero quiere ser líder «redentor» latino.
Como agregado comercial: Dos Bocas, la Central Avionera Felipe Ángeles y el Tren Maya, «obras emblemáticas y grandiosas» ya cuestan miles de millones de pesos y no servirán para nada.
Al tiempo.
jherrerav@alive.com