Recibo mensajes en los que se habla de felicidad, de que Dios todo resuelve. Comentan: “No tenemos de que quejarnos, tenemos salud”…
De inmediato pensé y escribí: “yo sí tengo de que quejarme: de la impunidad, de la falta de seguridad que es responsabilidad del gobierno, de tanta violencia, extorsión, de la falta de medicamentos en los servicios de salud, del incremento de enfermos por el dengue que se pudo evitar”. Me respondieron: “pero no podemos hacer nada”
Si podemos y debemos estar conscientes, mucha gente se quedó como en la pandemia encerrados en su mundo. Perdieron la seguridad y confianza de si mismos, prefieren ignorar y no involucrarse. Mientras el gobierno totalitario se apodera de las instituciones, apoyados por el poder legislativo: diputados y senadores se volvieron enemigos de los ciudadanos, sin percatarse que ellos también tarde o temprano saldrán perjudicados.
En México se requiere aumentar el tejido social, sin esto no hay convivencia, ni capital social, pero es necesario entender el problema en el que estamos inmersos.
Es necesario un enfoque deliberativo: la inclusión de ciudadanos, empoderarlos, que propongan planteamientos y convertirlos en acciones. Muchos políticos son ignorantes, no entienden ni les preocupan los problemas de nuestro país.
Ser Senador en el Imperio Romano derivó en el derrocamiento del último Emperador de Roma y la instauración de un nuevo sistema: la República.
El Senado alcanzó el poder político como la Asamblea más importante de Roma, perdió competencias en otras magistraturas, pero obtuvo otras más importantes: el aspecto económico, político, militar y religioso. Luego entró en decadencia con los dictadores Sila y Cesar, aumentaron el número de Senadores: Sila de 300 a 600 y César de 600 a 900. A la muerte de César, el Senado perdió poder, con la llegada del Emperador Augusto, las provincias pasaron al control directo del Emperador y el Senado fue relegado a favor de los edictos imperiales. ¿Les checa?
El Senado y los Diputados en nuestro país han perdido credibilidad, la mayoría son clientela del gobierno en turno, se cambian de partido a su conveniencia, no conocen la lealtad ni los principios; pero que podemos esperar de un gobierno totalitario, se dice democrático y es todo lo contrario. Ya acabaron con todas las Instituciones democráticas que regulaban al mismo gobierno en favor de las mayorías.
Vemos conflictos y groserías en lugar de acuerdos en favor del pueblo.
La primera necesidad de nuestro país es erradicar la violencia, la impunidad y la corrupción.
Los seis años del gobierno nos mintieron, con el argumento: “acabamos con la corrupción” pero todo lo contrario, pues en lugar de controlarla la incrementaron.
La sociedad civil es un espacio donde hacen vida un conjunto importante de Instituciones en la que los ciudadanos opinan asuntos de sus derechos y obligaciones gracias al acuerdo de los participantes con el fin de alcanzar determinados intereses, lo que se llama el Modelo Deliberativo, lo importante es que los acuerdos se cumplan.
El problema actual es el gobierno totalitario, en el que no toman en cuenta a la sociedad deliberativa, al Poder Legislativo le valen las exigencias de los ciudadanos.
“Divide y vencerás, el ex-presidente se encargó de dividirnos: los que apoyan al gobierno porque no se dan cuenta del desastre que han hecho y en el opuesto, los que estamos molestos por la reforma al Poder Judicial, la omisión de realizar una consulta popular antes de aprobar la reforma, violando nuestros derechos democráticos y civiles establecidos en la Constitución y en los Tratados internacionales.
Seriamos mejores mexicanos si sintiéramos orgullo de nuestro país, pero el signo de hoy es la violencia sin control, todo gira alrededor del narcotráfico. Los ciudadanos necesitamos involucrarnos, unirnos por el bien común, exigir un alto a la simulación. Como cada año iniciamos con propósitos, aquí les dejo algunas recomendaciones:
Lo primero, el cuidado personal, invertir en su salud y para los que necesitan los servicios para sus enfermedades que cumplan con la obligación que les corresponde que para eso son nuestros impuestos.
Ingieran vitaminas de solidaridad que también les den fortaleza para seguir en sus proyectos y se apliquen la vacuna contra la indiferencia.
Al gobierno le exijo, seguridad ya basta de violencia, queremos vivir en paz y si no pueden con el paquete que renuncien.
rosamchavez@hotmail.com
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