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Por: Ricardo Monreal Avila

El 1 de julio de 2018 fue un día histórico para la democracia en México.

Un proceso de años de ardua lucha para poder llevar a cabo elecciones limpias rindió frutos en aquellos comicios, en los que la ciudadanía esperanzada en un cambio verdadero hizo patente su voluntad en las urnas y eligió de manera legítima a Andrés Manuel López Obrador como su Presidente, pero también decidió que en ambas Cámaras del Congreso de la Unión hubiera una representación mayoritaria de la coalición Justos Haremos Historia.

Morena y sus aliados -PES y PT- concentran una importante mayoría en la Cámara de Diputados y el Senado. En un hecho sin precedentes, durante la LXIV Legislatura, en la Cámara Alta se ha llevado a cabo un ejercicio democrático ejemplar, que ha dado como resultado las reformas necesarias para darle cauce al proyecto de la Cuarta Transformación, sin recurrir al “mayoriteo” ni a la denominada “aplanadora”.

En legislaturas anteriores era común que, durante las votaciones del Pleno del Senado, las otrora mayorías parlamentarias aprobaran sin objeción las reformas más convenientes a los intereses de sus grupos políticos, aun cuando quienes estábamos en el lado de la minoría, de la oposición, vertíamos argumentos sólidos, que no eran considerados.

En la actual Legislatura, desde la Junta de Coordinación Política del Senado hemos buscado ponderar el mecanismo del diálogo antes que cualquier otra forma de interacción con los grupos parlamentarios de oposición. Sin duda, los frutos de los acuerdos logrados están por verificarse en la vida diaria de las y los mexicanos, quienes, con gran expectativa, esperan cambios sustanciales.

Los grupos parlamentarios de oposición han sumado esfuerzos para sacar adelante las reformas necesarias que, hoy por hoy, sientan un nuevo precedente en la dinámica legislativa del Senado. Han sido bienvenidos el disenso, la crítica y el debate, y también se debe resaltar el nivel de discusión y la institucionalidad, tanto en el Pleno, como en las diferentes reuniones de trabajo de las comisiones. Todo ello se ha traducido en votaciones unánimes históricas.

En la construcción de un Estado auténticamente democrático, resulta poco deseable y es contraproducente apelar a la vía de la imposición para lograr los cambios que son del interés de toda la sociedad mexicana, por ello se ha procurado el diálogo entre todas las fuerzas políticas representadas en el Senado, pero también con las organizaciones de la sociedad civil.

Así, desde la Jucopo se está impulsando dar continuidad a los mecanismos de Parlamento Abierto para que, en el trabajo legislativo, se involucre a la sociedad en su conjunto. Las propuestas y observaciones de personas expertas, de la academia y organizaciones de la sociedad civil, entre otras, se han tomado en cuenta para la elaboración y la aprobación de proyectos legislativos trascendentales. Convencer, más que vencer, es una de las tareas más importantes en la 4T, para que haya una genuina unidad y se logren las transformaciones profundas que tanta falta hacen a nuestro país.

En la LXIV Legislatura del Senado de la República el trabajo ha sido arduo. Tan solo durante este primer año legislativo se han registrado 849 iniciativas de ley: las y los legisladores de Morena presentaron 255; el Grupo Parlamentario de Acción Nacional presentó 202; Movimiento Ciudadano, 91; la bancada del Revolucionario Institucional, 82; 73 iniciativas fueron de la fracción del Partido del Trabajo; el Grupo Parlamentario de la Revolución Democrática presentó 72; el Verde Ecologista, 27; Encuentro Social, 15, y 32 fueron conjuntas. La cantidad de proyectos presentados por quienes integramos la Cámara Alta muestra el sentido de compromiso y responsabilidad que se tiene con nuestro país por mejorar las condiciones actuales.

Nuestra nación se ha caracterizado, lamentablemente, por la ausencia de Estado de Derecho, lo que tiene como corolario la falta de institucionalidad y la percepción de un Estado débil. La LXIV Legislatura del Senado está comprometida con los principios democráticos y la cultura de la legalidad, por lo que muchos de los proyectos que se avecinan harán énfasis en las funciones de control, de supervisión, de contrapeso, pero también de coordinación del órgano parlamentario.

En estas tareas se buscará la integración de las diferentes visiones y posturas en el quehacer legislativo, más que escenarios de confrontación. La posición conciliadora y constructiva del Grupo Parlamentario de Morena vislumbra un panorama prometedor para el siguiente año legislativo; no hay razón alguna que nos invite a pensar lo contrario.

La posición de las y los coordinadores de todos los grupos parlamentarios ha sido de cooperación en los momentos de diálogo; de crítica constructiva que ha enriquecido los debates, tanto en los trabajos de las comisiones ordinarias como en el Pleno. Sin duda, una Legislatura a la altura de las circunstancias.

El próximo 1 de septiembre comenzará el primer periodo ordinario de sesiones del segundo año de ejercicio. Quienes hoy conformamos al Senado tendremos la oportunidad de consolidar el compromiso por enriquecer el trabajo del Poder Legislativo desde todas las aristas posibles, de fortalecer el diálogo y la cooperación en beneficio de México; por las personas que acudieron a las urnas el 1 de julio de 2018 a depositar su confianza en una fuerza política bien definida, pero también para legitimar al sistema democrático nacional.

Tal es nuestro mayor compromiso con México y su ciudadanía. No les vamos a fallar.

ricardomonreala@yahoo.com.mx

Twitter y Facebook: @RicardoMonrealA