El historiador, Yuval Noah Harari, escritor, profesor de Historia en la Universidad Hebrea de Jerusalén, autor de varios bestsellers, como Nexus, 21 Lecciones para el Siglo 21, Homo Deus, de Animales a Dioses, comenta en uno de sus libros:  «Los seres humanos buscan la manera de sentirse desgraciados; ningún Dios exige sacrificio, los humanos somos animales sociales, de modo que la felicidad depende de las relaciones con los demás. Sin amor, amistad y comunidad, no se puede ser feliz». «Una vida egocéntrica, solitaria es garantía de infelicidad, de manera que necesitamos preocuparnos por nuestra familia, los amigos y los miembros de la comunidad».

Entre las leyes naturales, la regla de oro es: «no hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti».

Al hacer daño a los demás nos hacemos daño a nosotros, cada acto violento empieza con un deseo violento en la mente que perturba la paz y la felicidad en otra persona.

No se puede experimentar alegría y armonía si sentimos odio o envidia, de tal manera que, sin matar a nadie, la ira, el resentimiento ya ha matado nuestra paz de espíritu.

Vamos revisando para entender hasta el lugar en donde estamos con la tecnología y la IA.

A lo largo de la historia el mercado laboral se dividió en tres sectores: Agricultura, Industria y Servicios. En el Siglo 18 la mayoría trabajaban en la agricultura pero durante la revolución industrial en los países desarrollados abandonaron el campo, dejaron sus tierras y animales con el deseo de mejorar su economía.

Durante la pujanza de ventas en China se trajeron a los campesinos a las grandes ciudades, necesitaban mano de obra. Hace unos años vino la desaceleración del empleo y los están regresando al campo.

En años recientes los países desarrollados experimentaron otra revolución, han ido desapareciendo los empleos industriales y se han dedicado al sector de los servicios.

En 2010, el 2% de los estadounidenses trabajaban en la agricultura, el 20% en la industria y el 78% en profesiones como médicos, diseñadores de página web, profesores, etc.

Se pregunta Noah Harari ¿Qué haremos cuando los algoritmos sin mente sean capaces de diseñar, diagnosticar mejor que los humanos?

No es una pregunta nueva pues desde la revolución industrial se temía que la mecanización pudiera provocar desempleo masivo, pero esto no ocurrió. A medida que las antiguas profesiones quedaban obsoletas aparecían otras, siempre había algo que los humanos hacían menor que las máquinas.

“Los humanos nos hemos negado a atender las advertencias, ya hemos desequilibrado el clima terrestre, inventado drones, chatbots, y algoritmos que pueden escaparse de nuestro control y desatar un aluvión de consecuencias” menciona en su libro.

En cuanto a la IA, advierte: “Cada teléfono inteligente contiene más información que la antigua biblioteca de Alejandría, el usuario se puede comunicar al instante con miles de personas en cualquier parte del mundo”. La información circula a velocidad vertiginosa.

Pero es un hecho que la humanidad está a punto de autodestruirse La IA representa una amenaza sin precedentes para la humanidad ya que es la primera tecnología en la historia capaz de tomar decisiones y generar ideas por si misma.

La IA no es una herramienta es un agente, el peligro es que estamos invocando agentes nuevos, poderosos, más inteligentes e imaginativos que nosotros que no comprendemos ni controlamos del todo.

Las computadoras, toman decisiones sobre nosotros, están enterados de todo: de una infidelidad, un contrato, de nuestras compras, de una hipoteca. GPT-4 hasta crea poemas, cuentos, canciones, música e imágenes originales.

Los jóvenes se están haciendo más perezosos, adictos a los dispositivos, no piensan, están distraídos y serán dependientes de sus padres que los patrocinan, inútiles para tareas cotidianas, nos afecta en la sensibilidad, la empatía, el placer y la compasión si los padres no les ponen límites.

Hoy la mayoría estan poseídos, desde pequeños  atrapados en el celular, incluso cuando están comiendo, en la mesa, en el parque. Se está perdiendo una de las inteligencias emocionales que es la socialización.

La IA es capaz de producir arte y hacer descubrimientos científicos por si solan y en los próximos años será capaz de crear nuevas formas de vida.

La IA puede alterar no solo la historia de nuestra especie, sino la evolución de todas las formas de vida.

El riesgo es que las sociedades humanas construyen y gestionan redes de cooperación basadas en información defectuosa mitos y ficciones compartidas, opera en un contexto de saturación informativa y decisiones descentralizadas.

Estamos poseídos por los algoritmos, las plataformas y atrapados en las suscripciones.

rosamchavez@hotmail.com

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