Atisbos
Desde Reynosa, Tam.
Si a Mario Cedillo, el Alcalde de Guerrero, Coahuila, al pasar por Nuevo Laredo lo secuestraron por una confusión y tras percatarse los malhechores de su error lo liberaron, aun dando por cierta esta posibilidad, deja en entredicho la seguridad de Tamaulipas.
Una inseguridad que está en incesante crecimiento por la impunidad en que quedan hasta un 90% de los delitos, y el del edil coahuilense tiende a engrosar esa estadística que es propiciada porque los gobernantes rehuyen con la obligación de cumplir con la ley y hacerla cumplir.
Y es que de nada sirve contar con una disposición constitucional (Art. 21), si lo mismo el Ejecutivo federal que los estatales no la ejercen para someter al Estado de Derecho a quienes violan la ley.
Aunque en descargo de los gobernantes habrá que decir lo riesgoso que es para la seguridad de los gobernados y de ellos mismos, iniciar operativos anti delincuenciales sin orden y concierto.
Pero como el trabajo de gobernar lo escogieron por su voluntad y hasta lo disputaron electoralmente, no habrá quien no reclame hagan cumplir la ley, por algo Cicerón recomendó ser esclavos de las leyes para vivir en libertad.
Ahora que si los gobernantes no pueden cumplir con su obligación constitucional alguien tendrá que hacerlo, y ése será la institución militar. ¿Y las autoridades civiles?, bueno, ésas que se encarguen de inaugurar obras que dicho sea de paso es lo que les gusta.
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