x.- Si el Estado mexicano no aplica la ley y orden, equivale a ser lobo sin colmillos ni garras.
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ATISBOS desde Reynosa, Tam.
El presidente Andrés Manuel López Obrador, por lo reiterado de sus prédicas da la impresión de creer que con consejos sobre el deber ser se recuperará la paz social.
Una medida que es suficiente cuando no es necesario que el Estado Mexicano muestre colmillos y garras con quienes lo mismo violan que toman la ley en sus manos.
Ya que si bien la prevención es el primer paso, la investigación es el segundo y castigar a quien se haga merecedor será el tercero, y en consecuencia, con solamente buenos consejos y crear fuentes de empleo no regresará la tranquilidad a las calles.
Y es que la actividad delincuencial cuando es en impunidad produce ingresos atrayentes, pues vaya si esta circunstancia es lo que más anima a delinquir.
Por ende, investigar quiénes cometen delitos y luego llevar ante los jueces a los presuntos «inocentes», es indispensable para recuperar la paz social.
Ya que el Estado si bien tiene que ser amable en la etapa de prevención, en la de procuración y administración de justicia es obligado ser enérgico e implacable aunque sin abusos.
Por lo anterior, el Presidente, como los Gobernadores y los Alcaldes, al asumir el cargo protestan cumplir y hacer cumplir la Constitución Política de los Estados Unidos Mexicanos y las leyes que de ella emanen.
Solo los gobernantes tienen derecho a ser violentos pues para ello cuentan con un cuerpo de leyes que legítima los castigos.
No hacerlo es incumplir lo que protestaron hacer, y al tolerar desorden no habrá armonía ciudadana y al final caos.
Los dos homicidios registrados recientemente en Tamaulipas, son un botón de muestra de la impunidad al igual que los de Chihuahua. Por lo tanto, el Presidente como los Gobernadores tendrán que aplicar ley y orden. No hacerlo equivaldrá a mostrar que el Estado Mexicano podrá ser lobo, pero sin colmillos ni garras.