La envidia, esa emoción tan humana que suele acecharnos en silencio, puede tener efectos sorprendentes en nuestras vidas y relaciones, para unos es una emoción, para otros un sentimiento, una conducta, un rasgo de personalidad, incluso una serie de desequilibrios de la bioquímica del cerebro.

Según Aristóteles, la envidia “es el dolor que causa la prosperidad de los otros”. Según Descartes “Los envidiosos son aquellos que sufren por el bien que ven que les ha tocado en suerte a otros hombres.

Hay quienes consideran que la envidia es un rasgo de personalidad aprendida en la familia, los padres en muchas ocasiones son responsables de alimentar que sus hijos vivan en conflictos con sus hermanos, familiares, amigos, incluso que odien a los millonarios. 

La envidia es una forma de experimentar una emoción negativa: furia, resentimiento, cólera, indignación, fastidio, irritabilidad, hostilidad, pesar, pesimismo, pena, autocompasión, abatimiento, desesperación; la envidia se transforma en sentimientos y luego en pensamientos desagradables.

En los casos graves la envidia se convierte en ira, violencia y odio, esa que se va acumulando hasta que se pierde el control de impulsos y pueden llegar al asesinato.

Otro ejemplo es la parábola de Caín y Abel, la envidia entre hermanos que sin darnos cuenta la seguimos compartiendo en el inconsciente colectivo, es el origen del odio entre hermanos y entre países, la muestra es la guerra entre Israel y Palestina.

El disparador fue la invasión a Israel en su territorio, tomaron como rehenes a 252 personas, 121 siguen secuestradas por Hamas y sus aliados, 112 ya fueron liberadas con vida. Pero en estos tiempos de derechos humanos pensamos de manera ingenua que el conflicto se pudo haber solucionado con conciliaciones y la ONU como intermediario, pero, esta lucha de poder es un conflicto histórico e histérico.

Un envidioso es incapaz de ser caritativo, es malicioso, injusto, hostil y actúa con resentimiento. Es el llamado “mal de ojo” de la época de nuestros abuelos, el que poseía alguna cualidad o bien, como medida de defensa utilizaban una forma de protección, un amuleto, aún en nuestros días acostumbran a llevar un escapulario y otros artilugios como una semilla llamada “ojo de venado” y otros utilizan un listón rojo. En la televisión ofrecen una pulsera de la virgen con tantas cualidades como medicina milagrosa resultado del pensamiento mágico.

Dijo Freud en la teoría psicoanalítica que las mujeres tienen envidia del genital masculino y también está documentado que los hombres sienten envidia del útero por la capacidad reproductiva de las mujeres, a pesar de que ni las mujeres ni los hombres aceptan estas interpretaciones. Lo que concluimos es que hombres y mujeres no están satisfechos hasta que se conocen y aceptan a sí mismos.

¿Qué es lo que envidiamos?…..la felicidad, el placer, los bienes materiales, las cualidades, los logros, las condiciones de trabajo, su apariencia, su ropa, su estado de salud, que tengan dinero, una buena relación de pareja, hijos exitosos.

El que envidia se siente inferior y a manera de defensa dice que el dinero lo consiguieron en negocios ilícitos, “por lavado” y si es mujer aseguran que recibió dinero de los hombres por favores con su cuerpo.

Pero los ciudadanos en México muestran envidia con los nuevos ricos del gobierno y su elite, los llamados favoritos los de la élite del régimen. No se cansan de predicar que tenemos que vivir en austeridad republicana, pero eso solo para el pueblo, ellos disfrutan de viajes en primera clase, hoteles de cinco estrellas, compras en tiendas de renombre, viven en casas de lujo, los hijos del expresidente López en Estados Unidos. Como dice el dicho el que nunca ha tenido y llega a tener loco se vuelve. Otro ejemplo es Noroña el presidente del Senado que acaba de comprar una casa en 12 millones de pesos y como defensa dice que con su salario. Ricardo Monreal, el diputado se compró un departamento, en su declaración dijo que le costó 1.5 millones de pesos y la realidad es que le costó 15 millones y en defensa aseguró que fue un error de dedo.

La pregunta es ¿hay envidia de la buena o es envidia de la mala?

rosamchavez@hotmail.com

Twitter @DrRosaCh