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-La destructiva Reforma Constitucional
-Estamos en grave crisis, Diego Valadés
-Claudia Sheinbaum Pardo ya hizo historia

RAFAGA

(Dignidad Personal y Ética Profesional fundamentan la postura de los Ministros de la Suprema Corte de Justicia al renunciar, para no ser títeres de la Presidenta de la República. Campo libre para los abogados sin experiencia, los tinterillos y “los coyotes”.


Ninguna de las 11 que fueron Presidentas latinoamericanas y tampoco las 2 que están en funciones, hicieron trizas el marco jurídico de sus países y no eliminaron la división de Poderes).
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La dictadura está vigente en Venezuela, Cuba, Nicaragua y Bolivia. Los ciudadanos viven en Estado de Indefensión. Ahí “nada que la Ley es la Ley”, se imponen los supuestos revolucionarios izquierdistas. Nicaragua lo “gobierna” un matrimonio, cuyo jefe “luchó contra una dictadura”.


México vivió seis años, a partir de 2018, con un presidente destructor, vengativo, rencoroso, amargado desde su juventud. Se manejó violando todos los días los mandatos constitucionales.


Su obsesión por controlar al Pleno de la Suprema Corte de Justicia de la Nación lo llevó a imitar al dictador venezolano, a elegir a los funcionarios judiciales, bajo el pretexto de “acabar con la corrupción”.


El tabasqueño, frustrado estudiante con 14 años inscrito para “titularse”, es imitado, desde el pasado 1 de este mes que termina mañana jueves, por la científica Claudia Sheinbaum Pardo. Ella no es audaz, mordaz y ágil mentalmente, ni tiene la sonrisa burlona y sarcástica de quien la dejó en la silla presidencial.
Está dado el primer paso para establecer la dictadura en México.


Se afirma que nada ni nadie podrá dar marcha atrás a la reforma y ni tocar la Constitución Política, cuyo articulado dista mucho al que nos heredaron los Diputados Constituyentes de 1917.


El abogado queretano arturo zaldívar lelo de larrea, como presidente de la Suprema Corte, sirvió a los intereses mezquinos del inquilino de Palacio Nacional. La ambición lo perdió y está en un rincón del histórico edificio colonial, el Palacio de los Virreyes.


Dicho licenciado, egresado de la Escuela Libre de Derecho, no dudó en traicionar a sus compañeros. Demostró carecer de principios y ética profesionales. “Renunció” para cumplir con la orden de proyectar “el nuevo sistema judicial”. Personifica la vergüenza en el medio judicial.


VIVIMOS UN CRISIS JUDICIAL
Si alguien reúne los atributos profesionales, académicos y de honestidad para opinar en torno a la violenta y unilateral “reforma judicial”, causante de múltiples y graves consecuencias al dejar en Estado de Indefensión a la ciudadanía, ese personaje es el doctor Diego Valadés Ríos.


Estamos informados de que los legisladores aprobaron, al finalizar el sexenio pasado, la reforma constitucional que destruye el marco jurídico del País. La presidenta Claudia Sheinbaum Pardo no sólo está de acuerdo con la aberrante reforma, sino repite que “la reforma va… ¡porque va!”.


Todo el procesamiento se realizó sin dar lugar a verdaderos y profundos análisis jurídicos, sin convocar a debates para recabar la información necesaria y fundamentar jurídicamente la iniciativa del Ejecutivo Federal.


Se opera como se hizo en Bolivia, donde las elecciones de los funcionarios del Poder Judicial beneficiaron a personas improvisadas, sin carrera de abogado, no tener estudios de maestría y doctorado, así como quedar sujetos al mandato presidencial y proceder sin autonomía en la impartición de justicia.


El ministro en retiro, investigador emérito del Instituto de Investigaciones Jurídicas UNAM, Procurador de Justicia en el Distrito Federal y en la General de la República, Valadés Ríos, considera que se ha caído en “una trampa, en un artilugio” en agravio de las y los mexicanos.


La voz del maestro Diego Valadés es una de las más autorizadas y lo hemos escuchado en sus entrevistas radiofónicas y televisivas con Carmen Aristegui, Sergio Sarmiento, Guadalupe Juárez, Luis Cárdenas y Pepe Cárdenas.


Ha dicho el reconocido jurista: “Se equivocaron al precipitarse al adoptar el mayor cambio que se ha hecho de la Constitución de 1917 y de una manera precipitada, sin diagnóstico, sin debate, sin análisis y sin respeto por la opinión ajena”.


La reforma es inaplicable por sus múltiples contradicciones que, al final, solo causará un caos, señaló el maestro Valadés Ríos, añadiendo que la reforma en materia de justicia “tenemos que hacerla todos los mexicanos”. El arrebato de los legisladores, “es (aprobar) una iniciativa mal pensada y peor redactada”, expresó ante Sarmiento y Lupita.


Obvio los integrantes del Congreso de la Unión rehúyen conocer el criterio de un defensor de la constitucionalidad y de la autonomía para el ejercicio de los jueces, magistrados y ministros.


En la Cámara de Diputados, el zacatecano que lidera a sus “borreguitos”, se olvidó lo que enseñaba como profesor en la Facultad de Derecho, UNAM. Hoy es defensor de lo es cien por ciento inconstitucional.


CLAUDIA YA HIZO HISTORIA, PERO…
Es demasiado temprano para hacer comentarios relacionados con la señora que vive y despacha como presidenta en Palacio Nacional.
Sus hechos no avalan su afirmación de que “La Presidenta de México, es Claudia Sheinbaum Pardo”.


Sigue no solo la rutina de su antecesor, actúa y habla como él. Aprendió a minimizar los problemas y bloquear el hermoso Zócalo. Encapsula con la policía a quienes protestan, bajo pretexto de brindar seguridad a los corredores de la Fórmula 1.


La Doctora en Ciencias Claudia Sheinbaum Pardo no despierta simpatías. Sus mañaneras pasan desapercibidas. Requiere un buen creador de imagen como René Casados.


Las mujeres no se sienten representadas por ella. Los damnificados guerrerenses quieren verla físicamente en la zona del desastre. Los desprotegidos sinaloenses piden que acabe la violencia; en su Estado donde ya pasan de 230 los asesinatos en corto tiempo y el gobernador pasea en la Ciudad de México.


Todo lo atribuyen a la aprehensión de “El Mayo” Zambada sin avisarle al gobierno mexicano. El Ejército está abatiendo a los narcotraficantes, pero nadie más y no vemos a Omar García Harfuch ni a la Guardia Nacional.


La suma millonaria de votos que le contabilizó el Instituto Nacional Electoral, no reflejan la popularidad como la Primera Presidenta de los Estados Unidos Mexicanos. No hay congruencia.


No se toma en cuenta que el 47 por ciento de la ciudadanía no tiene voz y Claudia al rendir protesta afirmó, en la sesión del Congreso de la Unión, que gobernaría para todas y todos los mexicanos.


Ese porcentaje corresponde a los votos para la oposición y mayoritariamente para quienes se declaran “neutrales, indiferentes o abstencionistas”.
La responsabilidad presidencial, no se comparte. En estos primeros 29 días del sexenio, da la impresión de mantener la línea dictada por el tabasqueño. Claudia desestima las voces que protestan en las manifestaciones callejeras, como ocurrió antes.


Sus decisiones deberían demostrar un estilo personal de gobernar y de afrontar la problemática nacional. Es del equipo que tiene como lema “Juntos haremos historia” y ella ya está haciendo la propia.


La historia de la presidenta Claudia Sheinbaum Pardo en sus primeras líneas, del primero de seis tomos, se asienta en lo comentado por la columnista, del diario Reforma, Denise Dresser: “Claudia Sheinbaum ha perdido la oportunidad de demostrar que actuará en función de la evidencia y de la razón”.


“Con la aprobación atropellada de la llamada “Supremacía Constitucional”, todos hemos perdido derechos y posibilidades de hacerlos valer…


En México hemos quedado indefensos ante una presidenta que abusa del poder…
El proceso legislativo está secuestrado por quienes redactan leyes sobre la marcha, sin deliberación democrática, sin rigor normativo, sin técnica legislativa”.


Son otros renglones del comentario editorial de la combativa Denise Dresser.
jherrerav@live.com.mx