Jesús Te Ampare

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A cinco años de la sucesión presidencial de 2030, los primeros trazos del panorama político comienzan a delinearse con mayor claridad.
Mientras el desgaste del oficialismo cobra factura por escándalos de corrupción y luchas internas, en la oposición surge una figura que, sin estridencias, empieza a destacar: Luis Donaldo Colosio Riojas.

El exalcalde de Monterrey, hijo del emblemático excandidato asesinado en 1994 y senador por Nuevo León (MC), se perfila como uno de los contendientes más competitivos para enfrentar al bloque gobernante.

Su apellido, que evoca un legado político inconcluso, aún despierta simpatías en amplios sectores de la ciudadanía.

Pero no es solo su linaje lo que lo posiciona: Colosio Riojas ha sabido construir una narrativa propia, con un estilo conciliador, austero y civilista que contrasta con la hipocresía manipuladora que ha marcado a militantes de la 4T que aspiran a la sucesión presidencial.

Morena: entre el desgaste y la incertidumbre 
Del otro lado del espectro político, Morena enfrenta un escenario complejo.

Tras casi siete años en el poder, el partido fundado por AMLO ha comenzado a mostrar síntomas de desgaste.

Casos de corrupción, luchas internas y el desencanto de algunos sectores que apostaron por la 4T, han mermado la credibilidad de las figuras más visibles.

Los nombres que hace apenas unos años parecían seguros en la carrera presidencial –Marcelo Ebrard, Adán Augusto, Ricardo Monreal—han caído en desgracia ante la opinión pública.

El deterioro de sus imágenes, sumado a acusaciones de corrupción, delincuencia organizada o incongruencias políticas, los han alejado del ánimo popular.

En este escenario emerge una figura inesperada: Omar Hamid García Harfuch.

Con experiencia en temas de seguridad y una carrera más técnica que política, el exjefe de la policía capitalina ha logrado construir una imagen de eficacia, lealtad y profesionalismo.

Su cercanía con el poder no lo ha salpicado con los escándalos que han afectado a otros actores morenistas.

En el tablero de ajedrez de 2030, García Harfuch representa una carta viable, especialmente si logra posicionarse con éxito en la Jefatura de Gobierno de la CDMX en 2027.

“Andy” López Beltrán, ¿la carta de AMLO?
Un factor que no debe pasar desapercibido es la influencia de la familia presidencial.

Andrés Manuel López Beltrán, conocido como “Andy”, ha sido señalado en múltiples ocasiones como posible heredero político del obradorato.

Sin embargo, su perfil inadecuado despierta fuertes reservas incluso dentro del mismo movimiento.

Considerado por algunos como arrogante y desconectado de la realidad nacional, “Andy” carece de experiencia política-electoral, y su posible postulación sería considerada como una imposición dinástica más que una opción democrática.

Aun así, AMLO ha demostrado tener la capacidad de imponer candidatos contra todo pronóstico, como sucedió con Claudia Sheinbaum.

En una jugada estratégica, se especula que el expresidente buscaría empujar a Omar Hamid hacia la CDMX no solo para consolidar el bastión capitalino, sino también para despejarle el camino a su hijo rumbo a 2030.

Posible escenario: Harfuch vs. Colosio
Si las piezas se alinean, el país podría presenciar un enfrentamiento inédito en 2030: Luis Donaldo Colosio Riojas representando una opción opositora fresca, contra García Harfuch como abanderado de una nueva generación de técnicos, distantes del ala ideológica más dura.

Colosio podría capitalizar el hartazgo, la corrupción y la polarización, con una narrativa de reconciliación nacional, institucionalismo y renovación democrática.

En contraste, el actual secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, ofrecería una continuidad ordenada del proyecto actual, con enfoque en seguridad y estabilidad, respaldado por una imagen de eficiencia y bajo perfil ideológico.

Más allá de los nombres, este hipotético combate reflejaría una transformación profunda en el sistema político mexicano: el desplazamiento de las viejas estructuras partidistas por figuras de nuevo cuño, más centradas en su reputación personal que en las ideologías tradicionales.

Aún falta mucho camino por recorrer.
Pero la política mexicana es volátil y propensa a sorpresas.

Por eso desde ahora, los contendientes se posicionan, las narrativas se construyen y los ciudadanos observan con cautela la evolución de quienes aspiran a gobernar un país que, en 2030, exigirá algo más que promesas y carisma: demandará resultados, honestidad, principios y visión de Estado.
ceciliogarciacruz@hotmail.com