-No hay un programa de mantenimiento
-Las obras subterráneas, no son lucidoras
-Todos debemos de cooperar, ahorrando
RÁFAGA
(Empieza la tarea geométrica. Cada uno debe de motivar a 10 amigos o conocidos para vencer a los apáticos e invitarlos a votar el domingo 2 de Junio por la Reconciliación y la Reconstrucción).
Los habitantes de las ciudades mexicanas, incluida la Capital de la República y, consecuentemente, los del Valle de México sufren la aguda escasez de agua potable. Diversos factores propician la situación que corresponde resolver a los tres niveles de gobierno.
Sabemos que el problema del abastecimiento de agua para consumo y uso de los humanos, es de orden mundial. Se ha pronosticado que llegará el momento en que haya enfrentamientos por el control de los mantos acuíferos.
Cierto es que, según fuentes oficiales, el cambio climático tiene una influencia notoria y a ello se suma que ríos, lagos, aguas superficiales y subterráneas están altamente contaminadas.
El problema se agrava con el crecimiento de población, como en el caso de México que en los últimos 75 años pasó de 25 a 125 millones de habitantes. El crecimiento demográfico aumentó cinco veces en ese lapso.
Preocupante el caso en nuestro país ante la falta de un programa de acción para buscar soluciones inmediatas, mediatas y a largo plazo. Tuvimos durante 20 años, una Comisión Nacional de Irrigación que en 1946 fue transformada en Secretaría de Recursos Hidráulicos y ésta hace 48 años quedó fusionada con otra dependencia, la de Agricultura y Ganadería.
Desde el sexenio del presidente José López Portillo hasta el actual, México carece de una política hidráulica integral. En su momento, el ingeniero Leandro Rovirosa Wade, le dijo a su jefe Luis Echeverría: “las obras hidráulicas no son obras políticas, sino técnicas”. La construcción de las presas se hace, conforme los requerimientos de los responsables de la producción agropecuaria.
Minimizado el problema por diferentes autoridades, se da el caso de abastecer con “pipas” a la gente de la extensa Alcaldía de Iztapalapa, en la Ciudad de México, sin aplicar un programa integral y lo mismo sucede en Netzahualcóyotl, Estado de México.
El 16 de enero de 1989 se creó la Comisión Nacional del Agua, CONAGUA, como organismo desconcentrado que actualmente forma parte del organigrama de la SEMANART.
En teoría, con trabajos de escritorio, se procura que el abastecimiento de agua para consumo humano, no falte.
La realidad es que millones de hogares están sin agua potable y el problema sin solución abarca el medio rural, pues quienes viven en pueblos o rancherías “apartados de la civilización, lejos del asfalto” batallan para conseguir el llamado “preciado líquido”.
Sería bueno desmentir este comentario, cuando el octavo director de CONAGUA nos presente un Programa Nacional Hidráulico Integral.
DEFICIENTE MANTENIMIENTO
El desabasto, la reducción en la distribución y la falta total de agua potable en la Ciudad de México tienen múltiples justificaciones oficiales. La falta de lluvias en los últimos años, los calores extremos y el crecimiento de las poblaciones figuran, quedan señalados como causantes de la sequía.
Recuerdo que en 1952 fue inaugurado el Cárcamo de Chapultepec que trajo agua para el entonces Distrito Federal y abastecer del líquido a los pocos millones de habitantes. Fue un acto político en plena sucesión presidencial de ese año.
Las obras comenzaron en 1942 y el proyecto realizado fue aprovechar el agua captada en los manantiales de las regiones oriente y sur del río Lerma y conducidas por gravedad a la Cuenca del Valle de México.
En el sexenio del presidente López Portillo tuvo lugar la construcción del Sistema Cutzamala, conjunto de presas, canales, túneles, plantas de bombeo y potabilizadora para distribuir el agua a 12 delegaciones (hoy Alcaldías) de la Capital y 13 municipios del Estado de México, colindantes con la Ciudad de México.
Tiene 334.4 kilómetros de canalizaciones para desplazar 450 millones de metros cúbicos, anuales. Lo alimentan las presas Valle de Bravo, Villa Victoria y El Bosque, las cuales se encuentran, hoy, en bajos niveles de su capacidad.
Los técnicos, los ingenieros especializados en materia hidráulica, afirman que el problema de la escasez se agrava por la falta de mantenimiento permanente de todas las líneas del Sistema, lo que al no cumplirse, provoca que un 38 por ciento del agua se pierda por las fugas subterráneas.
Uno de los técnicos dijo que “las obras de mantenimiento no se realizan mediante un programa concreto, los canales de conducción no son cambiados oportunamente, se producen las fugas, al desgastarse, por el uso”.
¿Por qué no opera el mantenimiento permanente?
Porque las obras están bajo tierra. Son necesarias y de urgente reparación, pero “NO SE VEN Y NO SE APLAUDEN”.
Tal vez tenga razón quien lo expresó, pero los afectados hacen manifestaciones de protesta. Cierran calles para exigir el abasto de agua. “Los piperos” elevan sus cuotas para atender la demanda. Se organizan como sucede en Ecatepec de Morelos, Edomex, donde crearon el Comité Pro Agua Potable del Pueblo Guadalupe Victoria. Las mismas reacciones hay en Iztapalapa y en Álvaro Obregón.
RESTRICCIONES EN EL SUMINISTRO
Los millones de habitantes de la Ciudad de México durante el año son informados, por el gobierno local, de la reducción en el abastecimiento. Unas ocasiones por los trabajos de reparación, otras porque llega poca agua y siempre hay una justificación.
Solo cuatro Alcaldías no sufren las restricciones del agua potable, porque no están en la red del Sistema Cutzamala, Milpa Alta, Xochimilco, Gustavo A. Madero y Tláhuac.
Ese Sistema funciona desde el 3 de mayo de 1982. También es el abastecedor del líquido a 13 de los municipios conurbados con la Capital del País, destacando entre ellos Naucalpan, Tlalnepantla, Netzahualcóyotl y Huixquilucan.
Los dos primeros de fraccionamientos habitacionales e industrias; Netza, el refugio de cientos de familias guerrerenses, oaxaqueñas, michoacanas y zacatecanas. En Huixquilucan las zonas residenciales e instituciones universitarias, le dan una distinción al municipio.
COOPERACIÓN CIUDADANA
En anteriores administraciones gubernamentales federales había una estrecha coordinación para invitar a los usuarios, a efecto de participar en el ahorro del agua, en no desperdiciarla y procurando campañas por radio y televisión, en las que los principales protagonistas eran los niños en edad escolar.
Hubo una difusión del mensaje en que un niño, parado junto a la llave del agua, pronunciaba repetidamente una palabra: “¡Ciérrale!…¡Ciérrale”. La penetración adquirió carácter nacional y resultó efectiva. Ah, pero eso era con los gobiernos conservadores, neoliberales, los que proyectaron y ejecutaron las obras hidráulicas.
El agua tiene un uso múltiple en los hogares. Cocinar, lavar la ropa, bañarse y el consumo individual, los principales. Se aconseja utilizar agua tratada para el riego de los jardines, para el lavado de las banquetas, para el lavado de los automóviles.
Es recomendable al estar bajo la regadera, ocupar el tiempo indispensable. Se dice que entren 5 y 10 minutos es suficiente. No dejar abierta la llave del grifo al lavarse los dientes. De ser posible reunir en cubetas el agua de lluvia.
Todos debemos de cooperar en el ahorro de un elemento de la naturaleza que no es renovable. A las actuales generaciones no les tocó disfrutar las aguas claras de los arroyos, de los ríos, de las lagunas.
Fue una etapa extraodinaria y veíamos en los pueblos a las mujeres lavando la ropa a orillas de los ríos. Esas escenas ahora se conocen por las películas mexicanas del siglo pasado.
La que vaya a convertirse en la primera Presidenta de México, tiene ahí uno de los problemas que afectan directamente a la ciudadanía, a la industria y a los comerciantes y por supuesto que a los agricultores que están en Distritos de Riego y en las regiones ganaderas.
jherrerav@live.com.mx