El Gobierno de Estados Unidos pidió al juez del Distrito Este de Nueva York más tiempo para evaluar la solicitud de los abogados de Rafael Caro Quintero de modificar las restricciones carcelarias que se le impusieron, en este caso relajar las medidas que mantiene en prisión.
En un documento dirigido al juez Frederic Block, de la Corte de Distrito Este de Nueva York, el fiscal Joseph Nocella pidió una “extensión de tiempo” para responder a la solicitud de la defensa de Caro.
“El gobierno solicita respetuosamente una prórroga para poder preparar una respuesta (…) el gobierno ha consultado con el abogado defensor, quien consiente la prórroga solicitada”, se lee en los registros judiciales.
El juez Block había dado a la fiscalía de plazo hasta hoy para responder. Sin embargo, el fiscal Nocella pidió hasta el 15 de septiembre para “prepara una respuesta”, alegando que ello requiere “coordinación entre el Buró de Prisiones, el Centro de Detención Metropolitano y la Oficina de Operaciones de Aplicación de la Ley”.
El detenido ha acusado que no sale de su celda, no se le permite hacer ejercicio y tampoco cuenta con televisión.
El juez Block concedió la petición y convocó a la próxima audiencia para el 18 de septiembre a las 11:00 horas de la mañana.
La defensa de Caro Quintero, uno de los narcotraficantes entregados por el gobierno de México en febrero pasado, denunciaron que el gobierno de Estados Unidos tiene a su cliente bajo restricciones carcelarias dignas de un terrorista. El mexicano fue colocado bajo un régimen de medidas administrativas especiales (SAM, por sus siglas en inglés), aplicado a detenidos de alto perfil.
CONDICIONES DE LA CELDA
En una carta a Block, se quejaron de que “el Sr. Quintero está esencialmente confinado en una celda pequeña y sin ventanas. Permanece solo en esta celda 23 horas al día de lunes a viernes; los fines de semana está confinado las 24 horas del día y no se le permite hacer ejercicio”
Señalaron que “sus comidas se le entregan a través de una ranura en la puerta; come solo. La luz permanece encendida en todo momento. Con un aire acondicionado irregular, a menudo carece de suficiente ropa de abrigo o mantas para evitar temblar”.
Según la defensa, el “único contacto” de Caro Quintero, fundador del Cártel de Guadalajara, con su familia, “han sido una o dos breves llamadas telefónicas monitoreadas con familiares en México. Los únicos visitantes del Sr. Quintero han sido los integrantes de su equipo de defensa designado por el tribunal”.
Caro, insistió la defensa, ni siquiera ha podido tener “un contacto indirecto con su familia, ya que a su equipo de defensa se le prohíbe difundir comunicaciones suyas a terceros”.
Por lo anterior, la defensa pidió que su cliente sea reubicado a un centro penitenciario “más adecuado y menos restrictivo” o, por lo menos, “modificar diversos artículos y disposiciones de las SAMs”.
El exlíder criminal y fundador del Cártel de Guadalajara estuvo en el Centro Federal de Readaptación Social del Altiplano, en el Estado de México, el penal de máxima seguridad de Puente Grande y el Reclusorio Preventivo de Guadalajara por el asesinato de Enrique “Kiki” Camarena en la década de los ochenta, así como los delitos de privación ilegal de la libertad en su modalidad de secuestro, homicidio calificado, siembra, cultivo, cosecha, transporte y tráfico de marihuana, suministro de cocaína y asociación delictuosa.
En 2013, salió de prisión a través de un amparo; pero fue hasta julio de 2022 cuando fue recapturado por elementos de la Secretaría de Marina (Semar) en el municipio de Choix, Sinaloa, y en febrero de 2025 fue extraditado junto con 28 reos mexicanos.