Por Cecilio García Cruz
Jesús Te Ampare
Lo conocen como “Andy” y está por cumplir 40 años. Es el segundo hijo de López Obrador y Rocío Beltrán Medina (+).
Estudió en la UNAM la carrera de Ciencias Políticas y Administración Pública.
Como secretario de Organización de Morena, es el centro de atención por el poder que tiene y ejerce en ese movimiento político.
Hasta el más encumbrado funcionario de Palacio Nacional, le manifiesta cortesía y respeto.
No solo se fortalece en su visión política, sino que edifica una sólida base de apoyo que podría ser decisiva en su aspiración presidencial.
Afiliar a10 millones de mexicanos constituye una estrategia escrupulosamente diseñada para consolidar un respaldo popular que podría convertirse en un pilar para concretar sus sueños en 2030.
Este tipo de maniobra es común en el juego político donde las alianzas y los apoyos se erigen con años de anticipación.
El reconocido periodista Joaquín López Dóriga escribió en su leída columna EN PRIVADO:
“Desde 2012 comenzó a construir la candidatura de su hijo Andrés para que fuera gobernador de Tabasco, Jefe de Gobierno y presidente de la República.
Pero el heredero ya ajustó: irá por la Presidencia en 2030 y el lema de campaña será Vota por Andrés Manuel…”
Uno de los aspectos más intrigantes de este movimiento es cómo Andrés Manuel López Beltrán ha logrado una influencia considerable en la 4T, rebasando incluso a varios políticos tradicionales considerados figuras centrales.
El hecho de que su presencia haya ganado tal peso dentro de la estructura de poder del partido oficialista, sugiere que está siendo preparado no solo como un potencial sucesor, sino como el nuevo líder del movimiento que transformó el panorama político de México.
El respaldo de su padre es un elemento crucial en este escenario.
No es un secreto que AMLO ha sido un líder astuto, con un magnetismo que movilizó a millones de mexicanos, y tiene el control de esa base como apoyo político valioso para cualquier aspirante dentro de Morena.
“Andy”, ha logrado colocarse como el conductor de ese legado, utilizando la popularidad de su padre no solo como una plataforma, sino también como un trampolín para forjar una identidad propia.
Es importante puntualizar la controversia que ha generado este proceso, pues los que se consideran «morenos puros» podrían quedarse “chiflando en la loma”.
La política mexicana ha sido históricamente muy celosa con los temas de nepotismo y favoritismo, por lo que la actitud de López Beltrán es observada como un intento de perpetuar el poder de una familia dentro del escenario político nacional.
En conclusión, el junior construye su camino hacia el poder utilizando la estructura de Morena, el legado de su padre y una red de apoyo popular que promete ser, por años, una de las fuerzas más determinantes en la política mexicana.
La pregunta es si “Andy” podrá al final sortear los obstáculos internos del partido y la opinión pública, para alcanzar la Presidencia o si será percibido como una figura de “continuidad” que amenaza con limitar la verdadera pluralidad de nuestro país.
ceciliogarciacruz@hotmail.com