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Por: Cecilio García Cruz

ceciliogarciacruz@hotmail.com

Jesús Te Ampare

 “El Cisne”, soltó un fuerte y retador graznido –que contrasta con su plumaje y apariencia– desde las playas históricas de la Villa Rica, en señal de que está “vivito y coleando”.

Está de regreso en la vida política de Veracruz.

Pretende limpiar su plumaje que, al cruzar el pantano, se manchó.

Su mensaje fue claro: “estamos estableciendo la ruta de alianzas y organización del PVEM rumbo al 2019”.

En efecto, Alberto Silva Ramos “El Cisne”, acuerpado por Javier Herrera Borunda, hijo de Tío Fide y Delegado Nacional para alianzas del PVEM, inició su recorrido por el solar veracruzano para “medirle el agua a los camotes”.

Hay otro “Cisne”, pero ese es negro de nacimiento.

Se trata de su primo hermano, Gabriel De Antes Ramos, un truhan prepotente involucrado en el “desplumadero” financiero de las arcas gubernamentales encabezada por Javier Duarte y su esposa Karime Macías.

Pero esa, es otra historia.

El periodista sureño Federico Lagunes recibió un telefonema de su amigo Beto Silva y escribió sobre el tema:

“El Cisne”, ya hace “grilla” en Veracruz. Alberto Silva Ramos, ex vocero de Javier Duarte de Ochoa, anda “reclutando” gente para su “proyecto político”. Se afirma que buscará, de nuevo, ser alcalde de Tuxpan. El partido que lo “cobijaría”, sería el PVEM, ahí donde Manuel Velasco, ex gobernador de Chiapas, es un “hombre fuerte”. El partido Verde, es “aliado” de MORENA. Por ahí viene la “jugada política” del “Cisne”.

La lectura política que interpreta el comunicador es:

“El primer “paso político” de Silva Ramos es convertirse en alcalde de Tuxpan. Si en el 2021 gana la elección municipal, entonces, se le abre la “puerta política” para la gubernatura del 2024”.

Es decir, Silva Ramos, no solo suspira por la alcaldía de Tuxpan, sino que, se siente un ave de “altos vuelos” para “encartarse” en la baraja política de la sucesión gubernamental en 2024, donde hay personajes de probada honestidad.

Es tan grande su ego que en el régimen duartista se sintió “Pavo Real”, para posarse en la silla principal de Palacio de Gobierno.

Sin embargo, su desequilibrio emocional y otras debilidades, lo hundieron.

Eso sí, fue poderoso y consentido de Javier Duarte, un sexenio señalado como uno de los más corruptos del mundo.

Hay que precisar, además, que el escenario político está controlado por los ahijados sietemesinos de Eric Cisneros y Rocío Nahle, que tienen cercado al gobernador García Jiménez y su entorno.

Solo son palomeados los identificados con esta corriente de “chairos”. Ellos tienen el poder.

Silva Ramos, desempeñó diversas encomiendas en el sexenio duartista y, por su habilidad y ambición, se convirtió en un incondicional de su amigo cordobés.

Fue coordinador de Comunicación Social y alcanzó la presidencia municipal de Tuxpan, donde dejó endeudado al municipio y una estela de adversarios.

Además, fue el tuitero golpeador habilitado por Duarte para denostar la imagen política de Yunes Linares quien, desde “El Estero”, amenazó también con impulsar nuevamente al Junior por la gubernatura en 2024.

Por cierto, en esa convocatoria que hicieron los Yunes, Miguel Ángel Jr., “El Bodoque”, como le llama el gobernador Cuitláhuac García, dio un mensaje a sus seguidores donde destaca la siguiente expresión:

“No vamos a permitirlo, vamos por el PAN bueno que le va a romper la madre a MORENA”. Es el estilo peyorativo que utiliza la familia Yunes hacia sus adversarios políticos.

¿Cómo olvidar los epítetos grotescos de loco, corrupto y vividor del Sistema, que endilgó Yunes Linares a López Obrador en plena campaña política?

O cuando su hijo, Yunes Márquez calificó al aspirante presidencial de “viejo guango y mentiroso”.

Silva Ramos no la tiene fácil; su pasado lo atrapa y exhibe en las “rejas de la corrupción”.

Tiene además las puertas cerradas de doña Rosa Borunda, quien no le perdona haber persuadido, muy joven, a su hijo Fidel a la ingesta episódica y compulsiva de bebidas “espirituosas”.

Eso jamás olvidará la ex primera dama y el castigo hacia Silva Ramos, sigue vigente.

Por suerte, Fidel Herrera Borunda enmendó a tiempo el “tropezón” y hoy disfruta una vida sana y lejos de “amigos” pervertidos.

Si “El Cisne” pretende contender por la elección municipal, debe ejercitar los tres mandamientos del credo de AMLO: no mentir, no robar y no traicionar.

Esa es una prédica incesante de AMLO.

Ojalá logre vencer estas tentaciones que son el pan nuestro de cada día en la política nuestra.

Además, sus adversarios le pusieron campana.

Hace unos días le robaron una de sus camionetas lujosas del estacionamiento de conocido hotel de la ciudad de Xalapa.

Lo traen muy vigilado. Lo identifican como un ave carroñera que se atragantó con los dineros del pueblo.

Y Ahued, Nahle, Dante, “El Bodoque” y otros…