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Jesús Te Ampare

Don Jesús Reyes Heroles –veracruzano egregio—impulsó a políticos capaces para servir a México.

Era parte de su visión generar servidores públicos sensibles, inteligentes, con gran vocación de servicio.

Fue destacado politólogo, jurista, historiador y académico, que dirigió al PRI nacional del 21 de febrero de 1972 al 24 de septiembre de 1975.

Tuvo como segundo de a bordo a Enrique González Pedrero, otra leyenda de la política mexicana.

Reyes Heroles fue un personaje fundamental en el desarrollo ideológico y de edificación interna del PRI.

Aunado a su preponderante función dentro de la cimentación ideológica del Partido, igualmente lo fueron sus esfuerzos de capacitación y formación político-administrativa de los militantes, cuadros y dirigentes.

Por ello existe el Instituto de Formación Política, que lleva su nombre.

Consideraba, además, a las Instituciones posrevolucionarias como uno de los elementos sustantivos para la consolidación del Estado Mexicano.

La historia y la política fueron las disciplinas que orientaron su trayectoria.

Su postura discursiva mostraba interés en la conciliación pacífica de los problemas prevalentes, renunciando a las prácticas estatales rígidas.

El pensamiento de Reyes Heroles quedó plasmado en sus obras, entre las que destaca El Liberalismo Mexicano, la de mayor perfección en su género.

Pese a la algidez política de su época, el ideólogo pugnó siempre por la implementación de un liberalismo social encaminado hacia el progreso del país, como parte de una historia guiada por la razón y la libertad.

Su trabajo trasciende hasta nuestros días porque transformó la visión rígida dominante en la política, al luchar por la causa democrática y el liberalismo.

Ese era el PRI en los tiempos de don Jesús Reyes Heroles.

Hoy, ese instituto político está atrapado en las garras de la corrupción y la impunidad.

Pero también del cinismo, la traición, la rapiña, la inutilidad y la frivolidad.

No escapan la perversidad, la ambición, la soberbia, los amoríos, los contubernios y los fracasos.

La Cuarta Transformación hundió al otrora poderoso PRI, a la cuarta fuerza política del país.

Su corazón emite sus últimos latidos. Perdió su esencia y el campechano –nombrado siempre en condición de pequeñez–, lo cargará directo al panteón más cercano.

ceciliogarciacruz@hotmail.com