El hueco energético o vacío existencial necesita llenarse con algo para sentirse bien, no importa que sea solo por un rato.
El problema es que ignoramos lo que nos hace falta, es el principio del vacío, el hueco lo llenan con lo que más satisfacción les puede causar de acuerdo a lo que esté de moda para tener sentido de pertenencia al grupo, por lo general sustancias: narcóticos naturales o sintéticos, legales los que se compran con receta. y los ilegales, además los que son parte de lo permitido: tabaco, alcohol, comida, café, compras compulsivas, sexo sin amor, pornografía, y lo que entró a nuestras vidas y se apoderó de nuestro tiempo el uso y abuso de la tecnología, hasta la adicción al trabajo.
Las conductas adictivas generan dependencia que afectan gravemente la salud y el bienestar, además de conflictos familiares y laborales
El vacío existencial, el hueco energético es parte de la civilización. Tenemos dudas, preguntas ¿de dónde venimos?…. ¿qué nos espera después de la muerte?…. ¿cuál es mi misión, el propósito en la vida? El hueco energético se agudizó en la era moderna, los jóvenes sufren el vació por tener todo a la mano; a los jóvenes les hace falta tolerancia a la frustración. El vacío lo quieren llenar con el materialismo en el que estamos inmersos.
Los abuelos nos comparamos con los nietos, ¡teníamos tantas restricciones!… no se desperdiciaba la comida ni había alimentos a la carta como hoy en día. Las compras eran restringidas y el respeto a la autoridad era un valor.
Los que hoy somos abuelos también sufrimos el vacío por cargar algunos traumas: abuso sexual, violencia, abandono, falta de autoestima, pero sabíamos que teníamos que independizarnos, abandonar el nido.
Es sorprendente cómo, para llenar el vacío, se atrapan en la cárcel de las adicciones. Las sustancias y las conductas adictivas no proporcionan una satisfacción real, no es lo que realmente se necesita, en pocas horas vuelven a sentir el vacío, el hueco energético es un barril sin fondo. El cerebro se vuelve demandante, se dispara la dependencia, la obsesión para llenar el vacío y cada vez son más esclavos de la adicción.
En la demanda de la sustancia y las conductas entran en juego otros componentes: el proceso se transforma en hábito, la zona de la recompensa, el circuito del placer en el cerebro no pide, exige. Si no se cumple la demanda aparece la temida abstinencia. Círculo vicioso del que no podrán salir sin ayuda porque lo que está secuestrada es la “voluntad”. Los cerebros que se han vuelto adictos sufren daños neurológicos, afecta la sustancia blanca. Es importante tomar en cuenta, entre más joven, el cerebro está inmaduro, más rápido los atrapa la adicción y es más difícil salir del círculo vicioso.
La mamá de Luis (27) adicto a la mariguana me preguntó con preocupación si le podía dar terapia a su hijo. Mi respuesta fue: “siempre y cuando acepte”. Pasó el tiempo y no me pidieron la consulta. En una ocasión fui a su negocio y coincidí con el joven y me preguntó: “¿me puede ayudar a dejar el cigarro?…bueno, también la yerba, fumo mariguana”.
-“Con todo gusto, pregúntate si en verdad quieres dejar la adicción. No hay ninguna terapia que ayude a dejar una adicción sin aceptar que eres adicto. Bueno, podemos trabajar con la negación, el primer paso para ir recuperando la fuerza de voluntad”.
El problema de las familias es que se dan cuenta de las primeras conductas de adicción de sus hijos y no quieren ver. Ponen reglas muy blandas, por eso es importante que los padres se den cuenta como son parte del problema.
El proceso para parar una adicción consta de tres partes: 1.- Tomar conciencia; 2.-Aceptar que tienen un vacío que hay que superar y 3.- Sustituir la adicción por otro hábito: ejercicio, un deporte, un trabajo demandante.
También resultan buenos sustitutos reunirse con gente sana, cantar, bailar, asistir al gimnasio, meditar, ayudar a otros que necesitan para dejarse de ver a sí mismos.
Les dejo una recomendación, una toma de conciencia: revisen sus rituales, conductas adictivas que tienen que llevar a cabo todos los días. Se van a dar cuenta que los llevamos a cabo en automático. Por ejemplo, beber leche con pan por las noches como lo hacían de niños, mascar chicle, beber refresco con la comida, cigarro para ir al baño, para relajarse al salir del trabajo estilo gringo, ver televisión y una cerveza.
Si tienen algún familiar y no saben que hacer, llamen al teléfono de la línea de la vida 800 911 2000 atención telefónica y acceso a los servicios de salud las 24 horas.
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