Jesús Te Ampare
Llegó con una mano atrás, y otra adelante. Años de trasladarse de un lugar a otro, con el periódico de Morena en la mano.
Tuvo su recompensa.
Impulsado por su mentor (AMLO) – y por el efecto político de éste— llegó al poder a uno de los Estados más prósperos de nuestro país.
Se había votado por un cambio radical.
Las urnas ordenaron desterrar todo lo malo: corrupción, inseguridad, impunidad, desempleo, opacidad e injusticia, etc.
La victoria provocó grandes expectativas, algunas irrealizables.
Y al tomar protesta de su alta investidura, arengó:
“Se acabaron los privilegios para la clase gobernante y ya basta de enriquecerse en los cargos públicos”.
Expresó también que le habían dejado un estado desfalcado, “pues no sólo están las arcas vacías, sino también hay compromisos que parecieran insuperables”.El 1 de noviembre de 2018, el escritor y periodista Ricardo Ravelo describió con crudeza lo que se piensa de Veracruz en el altiplano:
“Algunos actores políticos nos aseguran que el caso Cuitláhuac García y su circunstancia actual preocupa y mucho a López Obrador. Hasta donde se pueda, dicen, se tratará de impedir que este barco llamado Veracruz no termine de hundirse después de enfrentar grandes tormentas financieras y saqueos que la justicia local ni federal todavía no terminan de esclarecer”.
¿Y qué creen? Ese barco sigue a la deriva y a punto de hundirse, por la irresponsabilidad del académico “intelectual”.
Los ensayos de la Cuarta Transformación con Cuitláhuac García al frente del Poder Ejecutivo, “pasaron de noche”; y a unos meses de concluir su administración los resultados han sido ominosos.
Los bandazos en la toma de decisiones, constantes y sonantes.
Desorden en las finanzas, inseguridad en todo el solar veracruzano, impunidad, nepotismo (con complicidad de sus titulares), frivolidad (con mucha pasión) y, sobre todo, la corrupción que no se “barrió” ni arriba ni abajo.
Destaca la fragilidad de sus acciones y la impotencia de la sociedad ante el colapso de su administración.
En el ocaso de su poder, el gober “bailarín” hizo acto de presencia ante la virtual presidenta Claudia Scheinbaum, con motivo de su cumpleaños.
Ella fue cortés. Le agradeció con una simple sonrisa, simulando que está en su ánimo y como dándole a entender “no te preocupes, son los primeros pasos del inicio de mi gobierno”.
Todo puede suceder, si su patrón le da tremendo espaldarazo.
Porque Cuitláhuac, también es terco: ¡quiere hueso!
Esperemos que por el bien de México, primero los más sobresalientes, los más capaces.
ceciliogarciacruz@hotmail.com