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Jesús Te Ampare 

Ficción o realidad, esta es la narrativa.

El legendario emperador, perdido en el embuste y el autoritarismo, se aposenta en el palco principal del Coso Romano.
Y en un arrebato de poder, extiende su mano derecha hacia el frente y gira lentamente su pulgar hacia abajo en señal de sentencia de muerte, ademán asociado con la tierra, el infierno y lo negativo.

Es el todopoderoso…

Un verdadero tirano…

Demente…

Dueño de su entorno…

Patrón de la plebe…

Es CALÍGULA…

Es Cayo Julio César Augusto Germánico, considerado el más cruel de los emperadores de la mítica Roma.

Malvado, obstinado y desquiciado…

A sus escasos 25 años, cometió una cascada de errores políticos y económicos (fastuosas obras que dejaron exangües las arcas) que arrastró a Roma y a sus hijos a la escasez y hambruna.

Pero a grandes males, peores remedios.

El emperador fortaleció los onerosos espectáculos circenses y teatrales por los que siempre deliró.

Pidió limosna a la plebe como quien pasa la charola en las iglesias o ruega colectas para los desamparados.

Los historiadores narran que su maldad y crueldad infinitas, a la luz de la medicina moderna, se debía a tres posibles causas: encefalitis, epilepsia o hipertiroidismo.

Sin embargo, Calígula definió su demencia con una palabra inventada: adiatrepsia y la describió como “la desfachatez que nos permite imponer por la fuerza hasta el más salvaje de nuestros deseos”.

El emperador no conocía el pudor.

Así era Calígula…

Audaz y megalómano…

Se presentaba ante el pueblo como un Dios.

De ese cariz, con caprichos funambulescos: en su caso, la devoción por su caballo “Incitatus” (impetuoso), al que, en un acto demencial lo nombró Cónsul de Roma (un magistrado al más alto nivel), elegido de forma anual que gozaba de grandes poderes y privilegios.

¡Qué locura!

Para fortuna de la plebe, su reinado solo duró cuatro años (37 AC – 41 AC).

En ese lapso, “El testaferro del poder”, se ganó el repudio de los gobernados.

Y no era para menos.

¿Cuántos Calígulas deambularán por el mundo regocijándose con el poder que les otorga la Silla del Águila?

¿Serán de la Habana?

¿Serán de Santiago?

Tierra soberana.

¿Serán de Maduro?

Son de la loma…

ceciliogarciacruz@hotmail.com