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Por: Rosa Chávez Cárdenas

rosam.chavez@hotmail.com

Existe un vínculo importante entre el clima y los conflictos. Científicos estadounidenses de la Universidad Berkeley en California, llevaron a cabo una investigación que la publicaron en la prestigiada revista Science.

Observaron que hasta las pequeñas modificaciones de temperatura coinciden con un aumento en el número de asaltos, asesinatos, violaciones, y conflictos grupales tienen relación con el incremento en la temperatura.

Cada vez el planeta es el lugar más violento. La relación violencia-calentamiento se ha observado a lo largo de la historia en los grandes continentes.

La alteración del clima con eventos conflictivos es evidente, afirma Marshall Burke de la Universidad de Berkeley. Descubrieron incremento de la violencia doméstica en la India durante las sequías y aumento de asaltos, violaciones y asesinatos durante las temporadas de calor en Estados Unidos. Somos animales de costumbres, cualquier alteración en el clima nos afecta, basta observar la cara de los automovilistas en las grandes ciudades manejando en horas pico.

Es un hecho, el calentamiento del planeta afecta el estado psicológico, la adaptación a tantos estímulos altera el estado de ánimo, aunado a los malos hábitos de alimentación y autocuidado, fácilmente se pierde el control; la poca tolerancia a la frustración los torna impulsivos y agresivos. Por increíble que parezca, los campesinos en su experiencia y sabiduría innata son tan sensibles al ambiente; con estirar la mano o con el olfato, parece que tienen un termostato en su cuerpo, predicen con exactitud el estado del clima y el mejor momento para sembrar.

Me comentó Don José que siembra árboles de pino en Tapalpa: “el agrónomo me sugirió que podara los pinos, ya estaban de buen tamaño, el campesino que los cuida me dijo que me esperara hasta que llegaran las lluvias o se quemarían con los rayos del sol”. No sabía a quién hacerle caso, hasta que decidió que el agrónomo tenía estudios, de manera que podó los pinos. El resultado fue pérdida total, se secaron con los rayos del sol.

La teoría no es suficiente, hace falta la experiencia. La tierra ha pasado por grandes cataclismos y ha logrado sobrevivir: depura, arroja lo que le estorba y se recupera. En esta ocasión es más grave pues enfrentamos una crisis generalizada de la civilización.

La ambición desmedida de los que abusan de los que menos tienen, han descuidado las leyes de la naturaleza, el sentido de solidaridad, de pertenencia y los pobres desarraigados han tenido que emigrar del campo a las ciudades.

No les importa destruir el ecosistema con tal de obtener ganancias. Los suelos son envenenados por químicos cancerígenos, el aire y las aguas están contaminados, un manto de injusticia y violencia pesa sobre la humanidad. No solo son los efectos del clima, son las consecuencias que produce en los seres vivos.

En todo se recurre a la violencia, la mayoría está a la defensiva, no hay tolerancia para resolver por medio del diálogo. Las armas son primordiales en la espiral de violencia, es la industria más productiva de los norteamericanos. Nos vanagloriamos de la tecnología y la inteligencia artificial se ve como la maravilla que todo va a resolver, pero es una falacia. Nos hemos vuelto insensibles, inhumanos, se ha perdido la empatía, la compasión, la espiritualidad, nos robotizamos. El orden natural ha sido alterado, cambió todo el sistema dinámico, la fuerza vital auto regulatoria en el ecosistema, los humanos, la flora y la fauna ya no responde.

El sistema de autodefensa ya no es capaz de corregir el desorden sin ayuda. El calentamiento es como la temperatura en el organismo. La ley de la termodinámica actúa para desaparecer la fuerza nociva, eliminar a cualquier intruso. Los científicos estiman que un aumento de la temperatura global de 2º C podría mostrar un aumento de alrededor de 15 por ciento en los crímenes individuales y del 50 por ciento en los conflictos grupales en algunas regiones del mundo.